El viaje
Desde confines opuestos,
por entre sendas trilladas,
arribando a la ribera,
entre sarmientos y parras.
Tú desde mar antiguo,
yo desde verde patria,
hasta la orilla de un río
que une montes y llanas.
Muchas vías confluyeron
desde cielo, tierra y agua
para llevar a esa otra
donde obtuviste tu marca.
Entre gentes que lo ensalzan,
fue Dionisos tu garante
y él te puso en mis manos
con el fin de solazarme.
Tomé de ti cuanto quise,
y te hice simple parte.
Uno más entre mis bienes,
reduje a eso tu carne.
Mas esto es solo principio
que el tiempo cobra peaje
y habrán de pasar más días
para aumentar tu bagaje.
Como viajera viniste,
como viajera marchaste,
mas bien distinto es el sino
de uno y otro equipaje.
Llegaste con un sentido,
te fuiste con nuevo alma
tras descubrir otro mundo
expuesta sobre mi cama.
Y así como ciertas aves,
que parten para volver,
no habrá de faltarte otero
al que poderte acoger.
Preciosas palabras mi Señor para describir mi viaje a Ti, ese que me hizo desear jamas moverme de allí...
ResponderEliminarA Tus pies permaneceré mi Señor, mientras ahí me desees, siendo para Ti lo que anheles que sea.
Siempre tu dana.
Y yo habré de velar porque así sea mi sierva, pues bien sabes el alcance de mis deseos.
ResponderEliminarBesos y azotes.