Dominación inicial.


Durante una conversación mantenida recientemente entre mi sumisa y yo, por razones obvias, acabamos ahondando en la cuestión del aprendizaje y en la aptitud de l@s dominantes respecto a la misma. Esto me hizo recordar experiencias pasadas así como impresiones que, a lo largo del tiempo, he ido intercambiando con ciertas personas.

Resulta muy curiosa la diferencia de criterio que se suele dar en este caso concreto y, por ese mismo motivo, me parece un tema de lo más interesante a la hora de ser abordado y debatido.

Sin duda, existen muchos métodos (todos igual de válidos) que responden a las necesidades que conlleva impartir una correcta enseñanza, pero, aquí, solo voy a hablar muy someramente de cuál es mi modo de afrontar esta etapa imprescindible en cualquier relación bdsm.

En primer lugar, apuntar que no puede decirse que yo empleé ningún método concreto ni que siga siempre unas pautas inamovibles. Desde luego, siempre me atengo a ciertos fundamentos (como son el respeto, la firmeza o la sinceridad) a los que me ciño con convicción, pero, por otro lado, no creo que un/una dominate esté en condiciones de establecer desde un principio plazos, intensidades u objetivos demasiado concretos. Como en cualquier otro tipo de docencia, en el caso de la D/s, el aprendizaje con mayores garantías de éxito es aquel que se ajusta a cada persona de manera individual.


Muchas veces he hablado de que la paciencia a de ser un rasgo indisoluble a la condición de sumis@, pero, en el caso de l@s dominantes también cobra una enorme importancia. Resulta tremendamente necesario tomarse todo el tiempo que sea menester para ir conociendo las necesidades, limitaciones, aptitudes y dificultades a las que se tienen que enfrentar nuestr@s sometid@s, y no únicamente en el ámbito bdsm. En mi caso, por mucho que lo intente, no soy capaz de separar, de forma instantánea y completa, los entornos y situaciones que configuran mi existencia y, por una simple regla de tres, he de conceder a todo el mundo la misma licencia. Que l@s dominantes han de mostrase exigentes resulta indiscutible, pero ese hecho no tiene por qué ir reñido con la comprensión. Además, pienso que la firmeza, si va acompañada de cierto grado de aplomo, ternura y coherencia, supone un estímulo nada desdeñable. Si, en cambio, se aplica de forma arbitraria y despótica es posible que traiga consigo obediencia pero resulta algo más difícil que se obtenga con ello la aceptación de la sumisión como algo propio en lugar de impuesto, aunque, eso sí, todo dependerá del tipo de sumisión que se pretenda inculcar.


Soy plenamente consciente de que las prioridades que cada cual pueda albergar en relación a esta temática difieran, y mucho, en función a cada individuo pero, como en todo, pienso que lo que siempre ha de primar es el sentido común y que, cuando no nos dejamos llevar por las prisas y dedicamos algo de tiempo a ver las cosas con cierta perspectiva, cualquier persona un poquito observadora será capaz de interpretar correctamente las señales que le son enviadas y de tomar las decisiones que resulten más acordes en función al momento. No creo que resulte una política demasiado acertada el hecho de estar intentando superando los límites de nuestr@s sometid@s de un modo atropellado o forzado en extremo y sí, en cambio, veo más útil un avance progresivo, continuado pero sin sobresaltos, que de tiempo a asimilar tanto el objeto como la esencia de nuestras enseñanzas.

Seguro que vuestras experiencias os dictarán, en algunos casos, reflexiones muy diferentes a las mías y, no cabe duda, que también serán totalmente respetables y dignas de aparecer aquí.

Un saludo a todos y…, por cierto, feliz verano.

Comentarios

  1. Buenos días mi Señor...realmente es un tema interesante pero creo que puede resultar también algo controvertido, pues parece que cada uno cree tener la panacea de la enseñanza o doma, que el método de cada uno sea el único que funcione…

    Se que en Tu caso, para nada pretende ser así, pero hay quien se atreve incluso a desprestigiar el método vecino…

    Personalmente creo que el único método que funciona es la combinación de muchos factores, pero sobretodo, que el objetivo sea común, que se dedique tiempo y haya ganas por las dos partes. La parte dominante debe aprender a guiar a su sometid@, y la parte sumis@ debe querer aprender a someterse. Creo que la rigidez es el peor enemigo para el aprendizaje

    Bien sabes, mi amado Señor, que personalmente a mi, aunque nos cueste esfuerzo a los dos, Tu método me funciona, y voy poco a poco, dando pasitos de Tu mano. No es un camino fácil pero lo que llevamos recorrido me hace sentir cada día mas Tuya y desear continuar a Tus pies aprendiendo de Ti y superando todos aquellos límites que se presenten.

    Me siento afortunada de ser Tuya y deseo me sigas concediendo dicha fortuna.

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  2. Por cierto....menudo dibu el inicial...uuuuufffff....y parece que ese Jack es tan exigente como mi Señor!!!jijijiji...

    Auuuuuuufff.....sere buenaaaaa...jijiji (o no)

    Bsito

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  3. Como bien dices, cada uno tendrá su estilo y en cada binomio funcionarán mejor unas cosas u otras.

    No obstante, quisiera enfatizar sobre el tema de dedicar tiempo a reflexionar, pues el tiempo es uno de los valores más escasos y preciados de los que disponemos, y a menudo se nos llena la boca de grandes intenciones pero luego descubrimos que nuestra inversión fue pobre en los términos más sencillos: el tiempo que le hemos dedicado a pensar en el tema.

    Un saludo desde La Luz.

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  4. Mi Señor...aunque no fui la primera en otorgártelo, te dejo en el refu un premio para Tu preciosa ciudad...

    Un abrazote!

    A Tus pies.

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  5. Bien conoces mi método, dulce sierva, poco más puedo explicarte acerca de eso, pero sí que es cierto que, a veces, las diferencias entre unos y otros resultan abismales. ¿No te parece?

    Por cierto, Muchas gracias por el detalle.

    Un beso y un azote.

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  6. Muy interesante la apreciación que me haces, Señor de la Mansión.

    Espero poder profundizar sobre ella en un próximo post y sería un honor conocer tu opinión al respecto.

    Un placer contar con tus palabras.

    Recibe un cordial saludo.

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