Alma felina.
Comedida ante lo
nuevo,
decidida si hay
motivo,
impaciente cuando
ansía algo,
furia cuando hay
peligro.
Dormita junto a mi
cuerpo,
con mi calor hace
abrigo,
y otrora, cuando se
exalta,
no deja cosa en su
sitio.
Sabe como la quiero,
pero le gusta indagar,
y a veces es
sorprendida,
cuando sale a pasear.
Mas hay algo que, aún
ahora,
no me deja de
extrañar:
¿cómo es que en la
distancia
siempre me sabe
encontrar?
Como no mi Señor...nos deleitas con unas preciosas palabras que llenan mis ojos de emoción y mi corazón de gozo...
ResponderEliminarEn este caso mi amado Señor, te contaré que para encontrarte solo debo seguir los eslabones de la dulce y fuerte cadena que pusiste rodeando mi alma felina, esa que cada día cuidas para que permanezca en su sitio, para que luzca con orgullo su hermosura.
Esta alma felina te pertenece y lleva Tu sello en su interior.
Gracias mi Señor por tan bellas palabras...
Gracias por todo cuanto me das...
Gracias por cuidarme...
Te amo ♥♥♥♥♥♥♥
Una respuesta de lo más sugerente. Lo tendré muy en cuenta de ahora en adelante, pero creo que con eso ya contabas. ¿Verdad, mi dulce dana?
EliminarUn beso y un azote.
Mi Señor....espero que lo tengas en cuenta para dar un tironcito de la dulce cadena en cuanto notes un mínimo deseo de mi presencia, pues el mío es estar a Tu servicio para satisfacer todo cuanto anheles...
EliminarCon mi cadena unida a Tu mano soy feliz....no me sueltes mi Señor...
Tuya....
Bellísimo, intrigante y sincero! Un placer leerlo!
ResponderEliminarMis respetos azules, desde mi playa que lo espera...
Muchas gracias por tus elogios, algamarina. Sinceramente no creo que los merezca pero eso no quiere decir que no los aprecie.
ResponderEliminarUn cordial saludo a través de las aguas.