Objetivo equivocado.



Nuevamente, como ya había apuntando en otras ocasiones, no puedo evitar tratar aquí una cuestión que, por recurrente, tiende a empañar lo que vendría a ser un sano y equilibrado sentido de la sumisión.

Sucede que, muchas veces, tiende a equivocarse el exceso de ganas con lo que viene a ser la verdadera esencia del esfuerzo y, que conste que al hablar de “esfuerzo”, me estoy refiriendo a aquel que está encaminado a la consecución de un objetivo determinado, basado en unas pautas y con una lógica coherente y constructiva. Digo esto porque siempre habrá quien pueda manifestar que, según las cosas a las que haya de hacer frente, se le hace bastante cuesta arriba alcanzar sus mentas.

Pero…, veamos. ¿Sirve de algo desfondarse sin orden ni concierto? Siempre podemos decir que esto o aquello nos ha costado muchísimo trabajo e innumerables sacrificios, pero, la cuestión es: ¿Somos capaces de hacer que el despliegue de toda esa energía valga la pena?

Muchas veces es nuestra propia impaciencia la que nos impulsa a movernos por el simple hecho de estar haciendo algo. Otras veces es el temor a que puedan tacharnos de indolentes, lo que nos empuja a actuar aún sin tener muy claro que es lo que tenemos que hacer o lo que se espera de nosotros. En esencia, este gesto resulta de lo más noble pero, ahora bien, ¿y si aquello que hacemos; ya sea por inexperiencia, por atropellamiento o por simple y pura inconveniencia; nos resulta contraproducente? ¿Quién sería entonces el responsable de haber arrojado en saco roto todo nuestro empeño y dedicación?

Soy muy consciente de que son muchas las ocasiones en las que resulta bastante difícil el hecho de dejarse guiar; y más si estamos hablando desde la óptica D/s, pero por esa razón he insistido siempre tanto en la importancia que adquiere la confianza dentro de las relaciones de este tipo. No resulta tarea fácil, de eso no hay ninguna duda, pero tampoco se trata de ir haciendo más de lo necesario según cada momento.

Como veis, muchos de los conceptos que aquí aparecen implícitos no es la primera vez que son mencionados en este blog: confianza, paciencia, equilibrio…Una y otra vez vuelven a surgir en nuestro día a día. Y esto, ¿por qué? Pues, yo creo, que porque no existen atajos ni fórmulas mágicas que nos permitan alcanzar nuestras metas sin haber realizado, previamente, todas las etapas que configuran el recorrido.

Suele decirse que para andar es preciso saber antes gatear y yo, sin estar demasiado convencido de la validez de esta afirmación, si que puedo asegurar, sin ningún género de dudas, que para lograr ese objetivo tendremos que contar con unas piernas fuertes capaces de sostenernos y, antes de eso, incluso, haber desarrollado el sentido del equilibrio sin el cual seremos incapaces de mantenernos erguidos.


Las ganas no nos permiten saltarnos pasos pues, además de peligroso, resulta del todo inútil.

Un saludo a todos.

Comentarios

  1. Mi Señor,

    Sé que las palabras que dejas en Tu ciudad suelen ser generales y no dedicadas a mí, pero hoy, también sabes que estas en especial me tocan directamente...

    No puedo negar que me duelen profundamente, porque mi pecado se ha visto reflejado fielmente en ellas y verte hablar así de ello es un trago complicado.

    De todos modos, no me quedo únicamente en el dolor, pues haré de ellas mi fuerza y pondré todo mi empeño en conseguir las metas que juntos definimos, para así que toda mi entrega esté encaminada y no se pierdan esfuerzos.

    Sabes como valoro el Tuyo, y lo agradeceré haciendo que dé sus frutos en mi.

    Gracias mi Señor.
    A Tus pies

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No te dejes abatir por el desánimo, mi dulce sierva, pues de sobra conoces el espíritu de esta ciudad y a él me aplico con el mejor de los ánimos.

      Que el día se muestre gris no tiene mucho que ver con los sucesos que se produzcan y ni tampoco es un reflejo de nuestros avatares. Tal vez potencie nuestros sentimientos (en uno u otro sentido) pero no es la causa de todo cuanto acontece.

      Un beso y un azote.

      Eliminar
  2. Saludos.
    La confianza es imprescindible en una relación. En el caso de Dominante y sumisa también, por supuesto, pero hay un condicionante que no se da en parejas convencionales.
    La sumisa "necesita" que la guíen, no por inutilidad, si no por naturaleza. Su convicción la lleva a obedecer por placer. Es una de las características de su esencia: obedecer, servir y complacer.

    Los fallos de desobediencia se tienen mientras dura el conocimiento de ambos. Pasado el tiempo no tienen mucho sentido.

    No debería ser difícil dejarse guiar.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimado/a anónimo/a:

      Por supuesto que la guía es necesaria, en eso creo que todos estamos de acuerdo, pero yo soy de la opinión de que nunca debe ser olvidada del todo. Bien es cierto que el tiempo, la rutina, la confianza (como muy bien has apuntado) ayudan al hecho de poder rebajarla un tanto, pero no creo que resulte muy prudente olvidarse de ella por completo.

      En cuanto a la naturaleza de aquellos que se someten..., bueno, cada uno tenemos nuestras propias particularidades y no me atrevería a generalizar sobre esa cuestión. Soy de la opinión de que el conocimiento ha de ser mutuo, funcionar en las dos direcciones y nunca, nunca, ser descuidado.

      ¿Fácil o difícil? No sabría muy bien que contestar sin atenerme a un caso o circunstancias concreta, así que, como tantas y tantas veces, me decantaré por el tan socorrido "dependen".

      Un placer contar con tu presencia. Vuelve cuando quieras.

      Eliminar
  3. ¿a que se debe?¿somos nosotros intocables?
    Hagamos un poco de examen, porque no siempre falla lo que vemos a la primera.
    ¿te has parado a pensar la suerte que tienes?

    Disculpa mi claridad pero me duele ver tanta entrega y tan poco aprecio.

    Lexur.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En primer lugar, mi estimado Lexur (doy por sentado que, al igual que yo, eres dominante), decirte que lamento el profundo pesar que te he ocasionado.

      Respecto a las preguntas que me has planteado, intentaré responderlas en la medida de lo posible.

      A la de ¿a qué se debe?, decirte que esta entrada no difiere en nada con respecto a ninguna de las anteriores y que, por lo tanto, mis motivaciones son, y seguirán, siendo las mismas: compartir mi pensamiento y no tanto mis vivencias, aunque, reconozco, al primero le resultará un tanto complicado abstraerse por completo de las segundas.

      A la de ¿somos intocables?, por supuesto que no, aunque no alcanzo a comprender muy bien el objeto de esa pregunta en el marco del tema que había propuesto.

      Sobre lo de hacer examen y no dejarnos influir por la primera impresión, no sabes hasta que punto estoy de acuerdo contigo y comparto la validez de tus palabras en "todas" las circunstancias. Es por ello que espero que comprendas el hecho de que, aquí, siempre haya intentado alejarme del terreno personal pues, cuando dos o más personas lo comparten, la privacidad deja de ser una cuestión exclusiva e individual.

      Por último, sí, soy muy consciente de la suerte que tengo pues, a ese respecto, creo contar con un poquito más de información que el resto.

      Espero haber sido digno de tu franqueza y haber sido capaz de imprimir la misma sinceridad a mis palabras que tú a las tuyas.

      Solo me queda ofrecerte mi más cordial bienvenida a este humilde rincón y mi más sincero deseo de haber calmando un tanto el mal trago que te he hecho pasar.

      Un saludo.

      Eliminar
    2. Decirte, que tu sarcasmo, oculto tras tus buenas maneras, no me resulta para nada molesto, pero tampoco pasa desapercibido.

      Aclarar que la primera y la segunda pregunta, van unidas entre sí, y no me refería a tus motivaciones para escribir sobre este tema, sino sobre las que tiene esa persona para equivocar objetivos, y hacerte ver, que cuando alguien yerra de ese modo puede que no sea por su poca capacidad, y te invitaba a reflexionar sobre las tuyas.

      Y sí, me entristece ver a una persona sometida a la prepotencia de otra, dejándose la vida por complacer a quien nunca lo será.

      Hace tiempo que os visito y he creido necesario, sin acritud por mi parte, hacerte reflexionar algo a ti también.

      Gracias por la bienvenida.

      Lexur.

      Eliminar
  4. Estimado Lexur:

    Lamento profundamente que mi opinión no resulte convergente con la tuya pero también sé que, en esta vida, no se puede contentar a todo el mundo.

    Creo comprender tus motivaciones, aunque no comparta tus formas, pero debo permanecer fiel a mis principios (acertados o no) y es por ello que tus palabras; aunque discordantes con las mías; no pueden ni deben ser censuradas.

    Dices contar con un dilatado conocimiento de mis circunstancias (lamento no poder decir yo lo mismo de las tuyas), por lo que te ruego me dispenses de tener que retomar constantemente una cuestión sobre la que, a buen seguro, no vamos a alcanzar nunca un consenso. No obstante me hago cargo de que esa pueda ser, precisamente, tu voluntad y, por ende, nada haré para impedirlo.

    Nadie está en posesión de la verdad y yo no voy a ser la excepción. Tú voz, aunque discordante, siempre tendrá un lugar en esta ciudad para todo aquel que quiera escucharla.

    Recibe un afectuoso saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ha sido un placer poder discutir contigo, y como mi única voluntad era que atendieras a otros puntos de vista, los cuales no pretendes comprender, valiendo únicamente el tuyo, a pesar de tus buenas formas, me retiro no sin antes desear que no dañes más a ese precioso bien que posees, aún a pesar de no ser consciente de ello.

      Feliz noche y suerte.

      Lexur.

      Eliminar
  5. Ni todas las sumisas somos iguales ni todos los amos lo son, y aqui vemos un ejemplo claro entre Qarpatian y Anónimo.
    A mi de éste último no me ha gustado nada leer que tenga esa idea tan uniforme y plana de las sumisas.
    Si una sumisa se entrega lo hace voluntariamente.
    Gracias por compartir tus reflexiones,Qarpatian.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que llevas cuatro días aquí y ni siquiera creo que hayas visitado el blog aliado, ¿puedes opinar entonces con conocimiento de causa?

      Es muy fácil alabar, pero ¿estas segura de tus alabanzas son merecidas?

      Lexur

      Eliminar
    2. No seas mala ohma y deja que nuestro buen amigo Lexur exprese libremente su parecer. Nunca está de más dejar las puertas abiertas a nuevos puntos de vista.

      Nunca se sabe... ¿no?

      Un cordial saludo.

      Eliminar
  6. Anónimo, opiné por lo que lei aqui, por tus palabras. Y es cierto que llevo cuatro dias, pero debo por ello no decir lo que se me ocurre en el momento?,y al único que alabo es a mi Amo, pero también doy las gracias a quien comparte ya sea una reflexión,( como me pareció lo que hacia Qarpatian), ya sea una poesia que me agrada, etc
    Saludos para ambos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No te preocupes ohma, pues tus palabras son fiel reflejo de tus intenciones.

      No debes justificarte ni, mucho menos, excusarte. Comprendo tu sentir y tu necesidad de reflejarlo, así que..., puedes plasmarlo aquí siempre que lo desees.

      Recibe un cariñoso saludo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares