Menoscabos y bondades de una relación a distancia.



Como muchos de  ya sabréis, entre este que os habla y su sierva, normalmente, median unos 1000 kilómetros si nos atenemos a una de las escalas geográficas más extendidas. Es por ello que creo estar capacitado para poder realizar; con conocimiento de causa; algunas de las afirmaciones que podréis leer a continuación. Soy muy consciente que, aunque válidas, no serán extrapolables a todos los casos; por lo que, desde ya, pido un poco de prudencia antes de sugerir, siquiera, su idoneidad con carácter general.

He de admitir, no obstante, que hasta el momento presente jamás me había visto inmerso en esta tesitura, y en principio; aunque no sea yo muy de censurar cuestiones en las que carezca de referencias; sí que albergaba ciertas reservas. Creo que, como a cualquier otro en mi misma situación, me asustaba un tanto la dificultad de establecer un vínculo sólido teniendo que prescindir de una cercanía física constante. El tiempo me ha revelado que, si bien no resulta fácil, tampoco se ha demostrado tan complicado como en un principio cabría esperar. Es más. En algunos aspectos, puede llegar a resultar, incluso, una ventaja.

No es que haya sido este mi caso pero no por ello hay que despreciar el peso que un factor como el de “la confianza” puede llegar a tener en una relación de este tipo. Por experiencia puedo decir que quien quiera ver lo que no hay…, lo verá; independientemente de que exista o no una ausencia material; y, por el contrario, quien decida ignorar la realidad permanecerá ciego ante los hechos tangibles por muchas que sean las evidencias que le estén empujando a abrir los ojos.

Lo cierto es que, en la actualidad, la tecnología nos ofrece infinidad de soluciones que nos permiten mantener una comunicación constante y fluida. Por ese motivo, aunque en ocasiones reniegue y me enfade por los fallos puntuales de los que adolecen estas redes, no puedo por menos que estar agradecido. Sé que en modo alguno pueden sustituir el calor de una presencia real, pero no pensemos que el hecho de compartir diariamente una misma cama vaya a significar algo si no va acompañado de un trasfondo más profundo. El uso conjunto de un mueble no tiene porqué significar nada si no existe cierta… “voluntad”. Tal vez esa sea la palabra clave: VOLUNTAD.

¿Qué deseamos? ¿Qué perseguimos? ¿Qué anhelamos? Esas son las preguntas realmente importantes y para las que cada uno tendrá sus propias respuestas. Cuando nuestras premisas se ven satisfechas… ¿qué importancia tiene todo lo demás?  “La voluntad mueve montañas” se suele apuntar. Pues bien, ¿no podría, igualmente, acortar las distancias? Además, con la distancia pasa un poco como con los sentidos. Cuando una persona se ve privada de uno de ellos, el resto se ven agudizados. De un modo similar, la ausencia presencial permite trabajar otros matices que, de otra forma, pasarían desapercibidos.


Por otro lado, que no se esté juntos siempre no quiere decir que no se vaya a estar juntos nunca y durante los encuentros, más o menos ocasionales que puedan tener lugar, contaremos con la oportunidad de recuperar aquel sentido perdido del que antes no nos era posible disponer y, a buen seguro, notablemente amplificado. Es cierto que esto puede dar lugar a un exceso de celo, a unas ganas desmedidas por abarcar todo aquello que normalmente no acontece y, sí, no es un factor como para dejarlo de lado sin concederle la debida importancia. Resulta un tanto complicado cambiar de buenas a primeras una rutina adquirida. Es por eso que no debe de descuidarse este aspecto durante la ausencia y no estaría de más trabajarlo, a ser posible, con cierta frecuencia.
Otro de los elementos que entran a formar parte de una relación cuando esta se vive desde cierta distancia lo constituyen los viajes que preceden o culminan cada uno de los encuentros. Es muy normal hoy en día verse en la necesidad de realizar importantes desplazamientos (por motivos laborales, sobre todo) pero, en el caso que nos ocupa, ese intervalo durante el cual se realiza un cambio de ubicación, suele adquirir un cariz más complejo. Durante ese trayecto; ya sea de ida o de vuelta; se entremezclan un sinfín de emociones que dotan a esos viajes de un fuerte componente introspectivo. Como si de una suerte de peregrinación se tratara, toman ciertos tintes iniciáticos (de preparación o asimilación, según el caso) transformando así en toda una experiencia lo que, en otras ocasiones y circunstancias, resulta algo totalmente normal.


Mucho de lo aquí expuesto (casi todo, más bien) obedece a mis propios planteamientos y, como ya he dicho al principio, probablemente no sirva de demasiada ayuda a la hora de formarse una opinión objetiva y adaptada a las necesidades o exigencias de cada uno. Pero, tal vez por ello, me ha parecido un tema tan interesante y, probablemente también, haya eludido deliberadamente hacer referencia a ciertos enfoques para que resulte más provechoso de cara a abrir un nuevo frente de debate.

Vosotros ¿qué opináis?

Un saludo a todos.


Comentarios

  1. Me hiciste recordar, que el otro día leí un artículo de psicología, que hablaba del miedo, y en él comentaban que ya desde que estamos en el vientre de nuestra madre sentimos un miedo aterrador, el mismo que experimentamos cuando ya en la cuna despertamos y no vemos a nadie. Durante toda nuestra vida, vuelve ese recuerdo, aunque no seamos conscientes del todo, y todos los demás miedos que intentamos catalogar son solo la expresión de ese. EL MIEDO A LA SOLEDAD.

    En las relaciones a distancia, ese miedo es el MIEDO, porque lo tienes claro desde el primer momento en que te planteas un tipo de relación de este tipo, sabes que vas a estar solo, porque directamente no hay otro remedio.

    Ahora bien, según como lo veo yo, un miedo deja de ser tal cuando le plantas cara, cuando asumes que va a estar presente y lo aceptas. Entonces es una particularidad, una consecuencia lógica de una elección personal y como tal no se elimina pero toma su lugar, no adquiere la dimensión que de inicio se le supone.

    Además, y disculpa por la chapa, como las dos partes son conscientes de la dificultad que entraña una relación así, ponen mucho más de su parte, se esfuerzan en compensar (creo que instintivamente) con mecanismos para que la otra persona no sienta ese temor.

    Por supuesto es necesario querer, es necesario luchar, dar y recibir, y poco a poco, ir entrelazándose para formar, aún en la distancia, un vínculo fuerte.

    Y puedo decir que no hay soledad más punzante que la de compartir la vida con quien no lo desea, por muy cerca que esté.

    No negaré que lo ideal sería estar cercanos, poder sentir piel con piel, pero ¿quien dice que no es así como debe ser?¿quien me asegura que estaría mejor? dejemos al tiempo que fluya, que nos guíe por donde sea nuestro camino, no cerremos fronteras ni forcemos escenas, solo vivamos, dentro de nuestras circunstancias de manera que seamos lo máximo felices que podamos.

    Por supuesto que en ocasiones te echo muchísimo de menos, pero si estuvieras aquí puedo asegurarte que también lo haría, porque el deseo no entiende de momentos, no espera a Tu llegada, es constante y...¿no es bello eso?

    La distancia separa dos cuerpos pero no dos corazones...

    Como dices Tu...si se quiere ver se ve, y en este caso, si nos queremos escudar en la distancia para el fracaso lo haremos, si queremos amarnos a pesar de ella también.

    Yo aposté por vivirte aún a 1000 km y te siento más cercano que a nadie en mi vida, ¿porque? estoy convencida de que es así porque Tu lo quieres.

    Además...¿sabes que? no es amor a distancia lo que tenemos, es que es tan grande que no cabe en un mismo sitio...¿sino porque las "tempestes" cuando estamos juntos?

    Y...ya acabo con una imagen en mi mente...¿que me dices de esos reencuentros?...

    A Tus pies

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy hermosa la frase de que nuestro amor no cabe en un único lugar y..., muy cierto el apunte que haces sobre el modo en que influye en la meteorología.

      Sobre el miedo..., siempre hay algo a lo que tememos pero ¿debemos dejar que nuestros temores nos impidan vivir? Dependerá de aquello a lo que estemos dispuestos a renunciar ¿no?.

      Un beso y un azote, dulce sierva.

      Eliminar
    2. Nada de lo que diga, mi Señor, será tan hermoso como lo que vivo, cualquier palabra desmerece aquello que Tu eres capaz de concederme, pero me alegro de que veas belleza en mi forma de plasmar las emociones...

      ains los miedos...nada deberia impedirnos vivir...pero que sencillo es decirlo mi Señor, y que complicado cuando decides que así sea...¿o quizás no tanto?...sea como sea...yo no renuncio a Ti, a sentirte, a vivirte, a amarte y dejaré fuera de mi vida cualquier temor que me lleve a alejarme de Ti, porque Tu eres la definicion de mi misma, aquello que me hace posible...

      Creo que hay que saber que se quiere y ponerlo todo para ello...aunque cueste...vale la pena...

      Besitos y gracias por todo!
      Cuidate mucho...

      Eliminar
  2. Buenos días Caballero y Amigo... un interesante tema el que tocas hoy, si señor, y como bien dices cada uno que saque conclusiones de sus propias vivencias y experiencia, y yo por no ser menos,tengo mi vivencia,sé por mala experiencia, en mi caso, esa relación a distancia funciona los primeros momentos e incluso años, pero al final caes en una monotonía, al principio viajas todo los fines de semana para estar junto a ella, tienes comunicación diaria a través del teléfono e internet, pero con el tiempo y debido a la distancia se va enfriando la relación( ya sea vainilla o no)... En conclusión, prefiero que mi pareja (vainilla o sierva) radique en mi misma ciudad....
    Un gran saludo mi estimado Amigo, siempre es un placer pasar por tu ciudad.
    DJ.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi buen amigo DonJuncal. Llevas mucha razón en tus palabras, mas no comparto por completo tu opinión.

      La monotonía, en modo alguno es un mal que afecte únicamente a las relaciones a distancia (según mi humilde parecer, suele suceder más bien lo contrario. Pero, sin ánimo alguno de poner en duda la validez de tus experiencias, ojalá todos los males de la distancia estuvieran referidos a ese aspecto.

      Qué duda cabe, estimado caballero, que, como muy bien dices, siempre pudiéramos tener a mano a ese ser que nos complementa, pero... y sí damos con él y no podemos tenerlo cerca ¿lo rechazaríamos?

      Saludos fraternales, compañero, y suerte en tu andadura.

      Eliminar
  3. No puedo mas que verme reflejada en tus palabras, a mi Amo y a mi nos separa una distancia física bastante considerable, pero yo me siento cada minuto de rodilla a su lado, tenerle cerca sería maravilloso y haría muchisimo mas fácil la relación, pero dudo que le aportase más intensidad y mas sentimiento, es una de las circunstancias mas que rodean esta vivencia nuestra, yo soy suya y Él lo sabe los kilómetros no me hacen sentirlo más o menos, y aunque en muchos momentos desee tenerle cerca, aún cuando estuviesemos en la misma ciudad, siempre me parecería que esta lejos.... los viajes de ida y vuelta, emocionantes, excitantes, alegres y tristes......
    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No veo necesidad de matizar tus palabras, yara, pues veo en ellas un reflejo de mis vivencias.

      Si que me llevan, en cambio, a reflexionar lo sencillo que resulta comprender las expresiones de otros cuando, por circunstancias similares, se comparte el mismo sentimiento ante las mismas vivencias. No suele ser así, lo sé, pero cuando sucede, con menos palabras se logra entender muchos más.

      Un saludo y... disfrutadlo.

      Eliminar
  4. Vivo mi relaccion en la distancia y se que no tiene futuro...
    Internet,el movil, la cam...no se pueden comparar a una mirada,un abrazo,estar piel con piel...
    Unos azotes,verte a sus pies mientras te acaricia tu pelo y ver su mirada de orgullo...
    Pero de momento es lo que hay..
    Un saludo

    lelebelle

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siento verte cabizbaja ante la situación que te ha tocado en suerte vivir y no seré yo quien te diga que resulta fácil de sobrellevar, lelebelle.

      Lo importante que a ti te compense. Todo lo demás que pudiera decir serían vanas palabras de ánimo que, aunque nunca vengan mal, seguro que a ti no te servirían de mucho.

      Sí puedo decirte que, en mi caso, me ha servido para buscar y practicar nuevas formas de interrelación (y no me refiero únicamente al móvil o al ordenador). No obstante, siempre he sido un poco rarito por lo que, tal vez, eso no resulta de demasiado consuelo.

      Si lo quieres... lucha por ello, es lo único que puedo decirte.

      Un cordial saludo.

      Eliminar
    2. Gracias por sus palabras...
      Pero no creo que sea mas raro que yo.La cancion rara no digo diferente digo rara,creo que Fito la escribio para mi..
      Es un placer leerle me produce calma,algo de la que carezco.Soy extremista y contradictoria a la vez...
      Un saludo

      lelebelle

      Eliminar
    3. Me hago cargo lelebelle y... no hay de qué, más aún siendo tan poco lo que puedo ofrecerte.

      Eso sí, ¿te acuerdas de esa confianza de la que me hablaste en su día? No la pierdas.

      Un cordial saludo y... ánimo.

      Eliminar
  5. Buenas noches, con tu permiso Qarpatian aportaré mi granito de arena a este tema que me parece de lo más interesante.

    A veces sobrevaloramos la cercanía física, y ojo, que no digo que haya nada comparable a un cara a cara, pero quién no se ha visto alguna vez al lado de un ser querido y solo, incluso compartiendo almohada y solo.

    Desde mi experiencia, lo que importa es que los dos tengan claras las prioridades (que no serán mejores ni peores pero sí diferentes según las parejas), que le echen voluntad y que no se baje la guardia en seguir haciendo partícipe a la pareja de cómo es nuestro día a día, nuestras preocupaciones y alegrías, por nimias que sean. Que no se pierdan esas charlas aparentemente insustanciales en las que se fundamente a menudo la complicidad. Ese trinomio personalmente me funcionó. Luego la relación terminó, pero por otros motivos. Nos engañamos y fue culpa de la distancia? Los dos sabemos que no.

    Situaciones así obligan a posicionarse, cosa que a veces con el "dejarnos llevar rutinario" rehuímos. Y entonces se puede descubrir que el interés no es tanto como creíamos, y nos escudamos en la distancia para justificarlo, cuando lo más probable es que tampoco hubiera habido un largo y constructivo futuro estado juntos físicamente, simplemente porque los caminos de ambos no debían discrurrir paralelos.

    Y si pasado un tiempo, llega un momento en que la distancia pesa demasiado y aun así ambos siguen teniendo claro que su futuro juntos será mejor que separados, entonces soy partidaria de remover el cielo con la tierra y fijarse como objetivo número 1 hallar la manera de aproximarse.

    Tal vez soy una romántica, pero así es como lo veo.

    Siento haberme extendido tanto pero es un tema que me toca la fibra.

    Un saludo y... felicitaciones al arquitecto de esta interesante ciudad!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Permiso ninguno, estás en tu casa.

      Muy interesantes todas tus apreciaciones, más si cabe pues tus palabras denotan un profundo conocimiento del tema (tanto en la cercanía como en la distancia).

      Lo cierto es que, con voluntad, pocas cosas son imposibles y, sin ella, todo se vuelve inalcanzable. Los trucos que empleé cada cual, mientras sean para bien, bienvenidos sean.

      Un placer contar con tus palabras y bienvenida también tú a la ciudad.



      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares