Sept.



En cualquier momento del año no resulta demasiado extraño oír a los entendidos del turismo sentenciar desde el más sublime de los convencimientos: “París se ve precioso en esta época”. ¿Qué tendrá, pues, “La Ciudad de las Luces” para resultar tan atrayente al viajero; independientemente de la estación elegida para visitarla?

Muchos dirán, y con razón, que son muchos los reclamos que esta urbe puede ofrecer; algunos muy evidentes y otros no tanto; pero lo que sin duda no pasa nunca desapercibido es el halo de romanticismo que parece impregnar muchos de sus rincones; por algo se la conoce también como “La Ciudad del Amor”.

Tantos nombres, tantas ofertas, ¿residirá precisamente ahí su verdadero encanto? Ciertamente, no sabría decir, pero, puestos a descubrirlo, podemos volvernos un poquito locos a la hora de decidir por donde empezar.


Si me lo permitís, desde aquí, intentaré reducir un tanto las variables a las que puede verse sometida cualquier aventura parisina ofreciéndoos una sugerencia de alojamiento. Se trata del Hotel Vice Versa (www.viceversahotel.com) que, más que un hotel, podría ser considerado como una suerte de espacio conceptual. Cuenta con 37 habitaciones repartidas en siete plantas, cada una de las cuales ofrece una ambientación distinta basada en “Los Siete Pecados Capitales”, mientras que los espacios comunes constituyen una especie de alegoría al paraíso, el comedor recrea el hogar de la bruja de los hermanos Hansel y Gretel  y, bajo el subsuelo,   tendremos la oportunidad de descender a los infiernos si deseamos tomar un relajante baño de vapor. Las estancias pueden ser clásicas o de lujo y el precio por noche puede oscilar entre los 123€ de la más económica a los 365€ de las más cara.


No puede decirse que el emplazamiento de este establecimiento sea demasiado céntrico para lo que son los cánones turísticos más habituales. Su dirección, en el número 213 de la Rue de la Croix-Nivert, está enclavada en pleno distrito quince y se haya muy próxima a las orillas del Sena (a unas pocas calles al oeste) y la zona de Montparnasse (no muy lejos al este).


Sobre esta curiosa iniciativa, decir que parte de la mente de una dama nada convencional. Su nombre es Chantal Thomass (www.chantalthomass.fr) y su carrera profesional está ligada al mundo de la moda y, en concreto, al de la lencería. Ya por 1975 lanzó una colección que supuso todo un revulsivo en este sector de carácter tan íntimo provocando el escándalo y la admiración casi a partes iguales. Con un estilo colorido e inspirado en prendas clásicas, ayudó en su día a reivindicar la feminidad así como el aire de refinamiento no exento de provocación que en muchos sentidos se asocia a la mujer. Sus diseños tienden a ser un tanto recargados, plagados de ornamentos puramente decorativos, por lo que a veces se la ha criticado por no dotar de la suficiente funcionalidad sus prendas (Me pregunto… ¿cuál es esa función?). Sea como fuere, ha esta modista (e ingeniera, para que luego digan que sus diseños no se sostienen) no le faltan ni el prestigio ni el reconocimiento  dentro y fuera de sus fronteras, por lo que resulta muy de agradecer que continúe buscando formas con las que poder dotar al mundo de un poquito más de color.

Ya estáis al corriente. Siempre se puede esgrimir algún motivo para visitar París, pero, por si fueran pocos, ya tenéis uno más.

A bientôt mes amis.

Comentarios

  1. Aquí la gateta con los dientes largos y relamiéndose curiosona por descubrir todos y cada uno de los rincones de este atípico y sorprendente "hotelito"...

    Me he paseado por las fotitos de su web y no podría ser capaz de decidirme por una planta...me apetece ir cambiando ;)...¿será eso síntoma de que soy una pecadora?

    Me encantaría dejarme llevar por todo aquello que se te antojara inspirado por esos espacios...aunque como alguien me dijo una vez..."vigila lo que deseas"...jijij...(suerte que el hotelito necesita un boleto premiado de lotería pa ser disfrutado....;))

    Pero...bien sabes que el lugar es lo de menos si me permites estar a Tus pies...cualquier rinconcito es cálido y acogedor a Tu lado.

    Besines dulces y...pecaminosos...

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    1. Pues ya que lo dices..., me pregunto si en este hotel habrá alguna habitación con un nidito donde puedan enroscarse las gatetes mientras aguardan ronroneando los mimitos de sus dueños.

      ¿Quién sabe? Tal vez esa fuera una buena iniciativa para dar forma a un nuevo establecimiento.

      Un beso y un azote, mi dulce sierva.

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