El viaje de Luna. (IV)



Luna siguió el curso de un arroyo que se iba abriendo camino por entre un angosto desfiladero hasta que, de pronto, el paisaje dio paso a un amplio valle enmarcado entre montañas vestidas de verde.

Con el alma en estado de inocencia, recorrió con su mirada aquellos horizontes descubiertos que eran presagio de ignotos avatares y comenzó a elucubrar sobre las posibles sorpresas que aquel nuevo entorno pudiera estar reservando.

Decidida y confiada, enfiló ladera abajo hacia los lindes de un bosque de exuberante espesura y, una vez internada bajo el frondoso ramaje, fue saludada por infinidad de voces provenientes de todos los seres que allí tenían su morada. Rodeada de aquel sonoro murmullo, se fue dejando guiar por entre las estancias que conformaba la vegetación, mientras iba descubriendo todo un elenco de nuevas criaturas que acudían a su encuentro para comprobar cuanto había de cierto en los rumores que les habían ido llegando. Le daban la bienvenido mientras se agrupaban tras ella en una festiva procesión que iba creciendo a cada paso que daba.

Y fue así como, en compañía de tan amistosa multitud, Luna llegó a vislumbrar el lugar exacto donde latía el corazón mismo del bosque. La magia impregnaba aquellos contornos aunque, a simple vista, no causara ninguna impresión especial. Solo unos ojos acostumbrados a ver más allá de lo evidente serían capaces de extraer la verdadera esencia que allí permanecía oculta; protegida como estaba frente afanes desdeñosos.

La quietud se hizo presente mientras enmudecían las voces de las ánimas salvajes y una bruma perezosa se adueñaba del lugar. De entre aquella niebla, cálida y húmeda, surgió una presencia de formas confusas hacia la que fluía el aliento vital que desprendía aquel paraje. Poco a poco, con pausada y vaporosa cadencia, una silueta se fue haciendo cada vez más y más definida hasta que; alcanzado como por ensalmo cierto punto de inflexión; se hicieron evidentes los atributos de aquel físico sobrevenido. Vestida con los dones de natura, luciendo los colores que adornaban el bosque; una joven aunque abigarrada voz surgió de aquel cuerpo revelado.

Título de la ilustración: The wood witch.
Autor: Viag

- Saludos Luna. – dijo hospitalaria y cómplice a un tiempo. – Mi nombre es Gea, hija de la tierra y guardiana de este y otros lugares. Se bienvenida a este nuestro humilde refugio y ten a bien aceptar todo aquello que necesites de entre nuestras escasas pertenencias.

- Si en verdad algo aquí pudiera tacharse de menguado… - apuntó Luna sorprendida por un rubor encendido. – sería la gratitud que soy capaz de brindaros por este recibimiento con el cual me habéis acogido.

Todo en el bosque se hizo uno para celebrar entre un clamor silencioso el buen juicio que reflejaban aquellas palabras y; aunque en lenguaje muy distinto al que emplea la raza humana; todo fueron vítores y muestras de júbilo.

Una sonrisa afloró a los labios de Gea mientras se iba apagando el sordo alborozo y; buscando la mirada que Luna, vergonzosa, le rehuía; sentenció emocionada:

- Veo en ti las enseñanzas de mi propia madre, que hasta hacen bien poco ejerció tu tutela, así como la humildad de quien obra con prudencia. Mas…, no te sientas cohibida ya por más tiempo y ven a mis brazos… “hermana”.

Las dos se fundieron en un fraternal abrazo, lo cual, nuevamente, fue motivo de festejo; más celebrado si cabe por la sincera y espontanea virtud que desprendía aquel acto.

Las lágrimas se asomaron por primera vez a los ojos de Luna; presa de una intensa emoción; y aquellas perlas que resbalaban por sus mejillas adquirieron el sabor dulce de la bienaventuranza. Se sentía en familia, arropada por la fortuna de verse en tan buena compañía, pero una inquietud nublaba su ánimo y no era otra que el deseo apremiante de reencontrarse con su madre.

Gea, consciente de la desazón que afligía a aquella tan cercana a su sentir, la tranquilizó con estas palabras:

 - No te entristezcas pequeña, pues bien pronto habrá de producirse esa unión que tanto ansías. Pero aún no es el momento, - añadió mientras lanzaba una escrutadora mirada hacia lo alto, por encima, incluso, del espeso ramaje. – ya que, a no mucho tardar, el cielo se cubrirá con las nubes que habrán de ofrecernos su lluvia apenas caiga la noche. Por ello, no te será posible contemplar hoy el luminoso rostro de tu progenitora.

- ¿Qué es la lluvia? – interrogó Luna desde su inocente ignorancia. – Me han hablado de ella muchas veces los torrentes subterráneos que discurrían próximos a mi antiguo hogar, pero no alcanzo a comprender cómo se manifiesta ni el modo en qué se comporta.

- Si te quedas con nosotros podrás averiguarlo; no tardarás mucho en observarla y sentirla por ti misma. Y entre tanto, en pago a tu compañía, te iremos descubriendo que otras cosas te ofrecen estos contornos. ¿No querrás privarnos de tu presencia cuando apenas si has llegado?

Luna sonrió cohibida al ser consciente de su falta de cortesía por haber dejado que sus impulsos la empujaran a obrar con tanta premura. Hay que decir en su descargo que aún carecía de experiencia en aquel tipo de menesteres; lo cual no quiere decir que no fuera espabilada y capaz de poner remedio con prontitud a sus eventuales deslices. Aceptó pues, de buen grado, el  cordial ofrecimiento y, a partir de aquel instante, comenzó una interminable sucesión de consejos, experiencias y relatos, sazonados con alguna que otra chanza e, incluso, hasta cantos y bailes.

Así trascurrió el resto de la jornada hasta que las luces vespertinas se fueron apagando y unos densos nubarrones se fueron agrupando con objeto de saciar la sed de la tierra.



Comentarios

  1. Como me pasa con las buenas historias...siempre que leo el viaje de Luna me meto en papel tratando de vivir sus aventuras mientras contengo la respiración de emoción, y suspiro al concluir quedándome con ganas de más...

    Me gusta la sensación de la espera que me produce la entrega por capítulos, y la ilusión que me embarga cuando veo que ha llegado el momento de un nuevo episodio...(no te recuerda algo?jiji)

    Está muy interesante!!...preciosa historia y escrita de forma magistral!...aunque ya creo saber que me dirás a ello ;)

    Besines dulces!
    A Tus pies

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    1. Se ve que me conoces bien, dulce sierva, por lo que no hace falta que te manifieste un parecer que de antemano ya intuyes.

      De todas formas agradezco tu fidelidad y devoción para con esta historia y; aunque más bien del montón; espero que disfrutes de próximas entregas.

      Un beso y un azote.

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  2. Pero bueno....como nos dejas así???? Jolines!!!
    Buenooooo...a tirar de paciencia otra vez.....pero no tardes mucho porfa porfa porfa!!! ;-)

    Besitos

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    1. Te noto un poquito enganchada..., ¿no es así?

      Vale, vale. No seré demasiado malo y procuraré, en esto ocasión, no hacerme tanto de rogar. Pero no prometo nada ¿de acuerdo? Ya sabes que el trato con las musas no siempre resulta sencillo.

      Un abrazo, Shuvani.

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