Alcobas itinerantes.
Se trata de una expresión un
tanto recurrente, pero, como suele decirse: “la
necesidad…, obliga”. Es tiempo de viajes y escapadas y, aunque los
presupuestos para estos fines se hayan visto notablemente reducidos, son muchos
los que se resiste a prescindir de sus inquietudes viajeras. Como la economía
no se muestra excesivamente boyante, se está tendiendo a recuperar fórmulas
que; durante nuestra añorada época de ficticia bonanza; habían sido
mayoritariamente desechadas por suponer un descrédito a nuestro status. Ya no
importa tanto irradiar una determinada imagen como la necesidad de evadirse de
las crecientes e insufribles preocupaciones cotidianas.
Pero claro. Tanta austeridad
termina, a su manera, pasando factura y, lo que antes no suponían el más mínimo
problema, ahora presenta más de un inconveniente. La escasez de fondos puede
llevarnos a renunciar, incluso, a las comodidades que ofrece un buen
alojamiento y, en ese caso, que sucedería si; al desplacerse en pareja; nos
sobreviene un irrefrenable deseo de dar satisfacción a nuestros más bajos
instintos.
En la ludoteca, atentos como
están siempre a las necesidades del gran público, no se les antoja demasiado
complicado solventar esta problemática. ¿Acaso no nos hemos estado percatando
del creciente auge que están experimentando los antiguos rincones y apartaderos
donde, antaño los jóvenes; y no tan jóvenes; daban salida a sus pasiones? No
existe, pues, según parece, necesidad
alguna de realizar grandes inversiones para combinar los placeres de viajar y
solazarse en idílica compañía, aunque, eso sí, puede que esta práctica no
resulte demasiado apta para aquellos cuerpos que carezcan de una razonable
flexibilidad. De todas formas, las estrecheces inherentes a este tipo de
habitáculos, siempre pueden suplirse con pequeñas dosis de ingenio e
imaginación.
¿Quien sabe? Puede que hasta
incluso llegue a ponerse de moda (por aquello del espíritu transgresor que
parece estar sacudiendo todo lo relacionado con el sexo últimamente) y que se
convierta en una tendencia a la que una importante mayoría se preste sin que
las razones para hacerlo sean las de reducir gastos. En lugar del “¿Estudias o
trabajas?” sería “¿3 o 5 puertas?”
Que tengáis un feliz y muy
placentero finde sobre ruedas.
Cuando estoy junto a Ti no importa la alcoba que elijas pues siempre eres capaz de hacerme sentir una princesa esclava de Tus deseos y sea entre sedas, piedra o ruedas servirte es mi placer...
ResponderEliminarSolo puedo decirte....gracias mi Señor
A Tus pies
Fáciles resultan, pues, de satisfacer tus anhelos y sencillo te habrá de resultar, por tanto, verlos cumplidos.
EliminarUn beso y un azote, mi dulce sierva.
Jejeje!!!! No hay sitio pequeño....si algunos coches hablaran... ;-)
ResponderEliminarUmmm...
EliminarVeo que..., acerca de esta cuestión, no careces de experiencia.
Un fuerte abrazo, Shuvani.