In the sofá.


Parece ser que, en la ludoteca, le han cogido el “gustillo” a eso de realizar campañas de concienciación. La pasada semana hicieron hincapié en la necesidad de prestar atención a nuestro entorno y en esta quieren avisarnos sobre los riesgos que conlleva caer en el sedentarismo. A tal efecto, han tomado como ejemplo la figura del sofá; uno de los más claros exponentes del “apalancamiento” que podemos encontrar en nuestros hogares; para ilustrar los prejuicios de relajarse en exceso.

Del sofá se dice que puede llegar a adquirir la capacidad de atrapar a sus usuarios y absorber sus energías como si el espíritu de algún vampiro  se hubiera reencarnado en forma de tresillo. Puede que esto resulte un tanto exagerado dicho así, pero, en la práctica, son muchos los indicios que vendrían a confirmar esta teoría. De hecho, en la “ludo”, han realizado un pequeño experimento para comprobar la validez de tales argumentos. Recuperando a “Gateto” (¿lo recordáis?) del baúl del olvido, han realizado un pequeño ensayo para comprobar hasta qué punto puede afectar el uso continuado de esa pieza de mobiliario a la que le están dando tan mala prensa. Los resultados no han podido ser más concluyentes: aumento de peso, pérdida de la flexibilidad y tono muscular así como aparición de dolores articulares, desgana generalizada y un largo etcétera de contraindicaciones.


Por todo ello, y en vista de tan poco halagüeñas conclusiones, lo que nos recomiendan es hacer un uso lo más comedido posible de este recurso o, mejor aún, prescindir directamente de él. Yo no comparto su opinión pues, para empezar, creo que sus métodos de análisis adolecen de una evidente falta criterio además de contar con un espectro de variables muy reducido. No se han planteado que los efectos perniciosos que han detectado en el trascurso de sus investigaciones puedan deberse más al mal uso que se hace de los sofás que a la propia naturaleza de estos. Sin tener que esforzarme demasiado, se me ocurren varias formas de dar una utilidad bien distinta a estas piezas tan comunes (y, por otro lado, necesarias) de nuestro mobiliario. Con solo decantarse por una de ellas ya podremos contar con un amplio abanico de posibilidades que nos ayudaran a no caer en la molicie o la apatía. Sirvan un par de ejemplos:



No digo que estas sean las únicas formas de darle un uso alternativo a nuestros sofás, pero creo que me entenderéis cuando afirmo que la imaginación de cada uno nos suele llevar por sus propios derroteros.

Feliz finde para todos y…, lo dicho: no seáis perezosos.


Comentarios

  1. El sofa es nuestro aliado...sirve para nuestro descanso y para nuestro entretenimiento...ademas de incentivar a nuestra imaginacion para buscarle usos distintos que cubran nuestros deseos...a mi se me ocurren unos cuantos pero mejor no los digo porque es muy temprano (aunque un mañanero....mmmmm) y porque no quiero dar pistas....

    A ver que se les ocurre a los demas visitantes de la ciudad y....viva el sofa!!!

    Pereza?no? Ni un poquito?tambe m'agrada......;(

    Besines dulces
    A Tus pies estando Tu en el sofa??mmmmmmmm

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    1. Muy cierto, dulce sierva. ¿Por qué limitarnos a contemplar esos objetos desde un punto de vista meramente convencional cuando tienen tantas cosas que ofrecernos?

      ¿Pereza? No, nunca. Otra cosa es disfrutar del merecido descanso que viene tras el esfuerzo.

      Un beso y un azote.

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  2. Sin duda la imaginación es un arma total y absolutamente poderosa que nos lleva por caminos placenteros.

    Se dice que cuando se te cierra una puerta se abren mil ventanas, yo creo que detrás de esas ventanas hay un mundo habitado por la imaginación.

    Venía buscando a una chica y por el orden de los comentarios creo que me he desviado un poquitín, de igual forma el texto desde el inicio no se percibía de mano (mente) femenina, ha sido un placer leerte.

    Un saludo Caballero

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    1. Totalmente de acuerdo con esa opinión que manifiestas sobre el poder la imaginación, Ame.

      Por otro lado... a veces, resultan tremendamente curiosos los entresijos que vienen a guiar nuestros pasos en una determinada dirección, pero..., en ellos reside muchas veces la salsa de la vida ¿no?

      Sea como fuere, e independientemente de los cauces que te hayan traído hasta ella, bienvenida a la ciudad.

      Un saludo y vuelve cuando quieras.

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    2. Ahora soy yo quien está totalmente de acuerdo contigo Caballero.
      Gracias por la bienvenida.

      Un saludo, por aquí nos vemos

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    3. Para mi..., todo un placer.

      Saludos cordiales.

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