No bajes la guardia.
Esta semana desde la ludoteca; en
lugar de ofrecernos una alternativa de ocio o relax, tal y como nos tiene
acostumbrados; parecen empeñados en llamar nuestra atención sobre un hecho que,
a su juicio, reviste una gran relevancia y sobre el que no solemos fijarnos
demasiado.
Sucede que; tras el merecido
descanso que algunos hemos tenido la suerte de disfrutar durante el estío;
cuando retomamos nuestros quehaceres habituales, nos cuesta un poquito
recuperar el ritmo que teníamos antes de irnos de vacaciones. Es más. En cierto
modo, continuamos un tanto desconectados de nuestra realidad cotidiana sin que seamos capaces de determinar si este
hecho constituye algún tipo de mecanismo de defensa o, más probablemente, se
deba a pura y simple pereza. Sea como fuere, tal estado puede conllevar ciertos
riesgos y es esta circunstancia la que parece estar llenando de inquietud a
nuestros amigos de la “ludo”.
En ese sentido, su más encendido
interés (al menos por el momento) parece centrado en hacer hincapié sobre la necesidad
de recuperar la normalidad a la mayor brevedad posible, así como en extremar la
precaución en todas las acciones que realicemos a fin de evitar descuidos
propios o padecer los ajenos.
En este tiempo de transición en
que cada año nos vemos inmersos, los peligros nos acechan por doquier incluso
en las cuestiones más triviales. Tal vez eso sea lo que provoca entre todos los
integrantes lúdicos tan exacerbada inquietud y lo que les induzca a posicionarse de una forma bastante radical
respecto a este tema en concreto (creo que ya están empezando a ser “más
papistas que el Papa”). Ved si no la advertencia que me han estado
sugiriendo con insistencia y que consideran “imprescindible”
para esta ciudad dado su carácter un tanto ambiguo, a caballo entre lo lúbrico
y lo virtual.
La verdad es que, como también
suele ocurrir con bastante frecuencia, esta gente termina desconcertándome y no
sé muy bien a donde pretenden llegar en realidad. Todo será hacerles, al menos,
algo de caso, no vaya a ser que tenga razón después de todo y terminen
echándonoslo en cara.
Un feliz finde para todos y…, lo
dicho: ¡¡cuidadín!!
Vaya ostiazo el gif!
ResponderEliminarLa verdad, cuesta una barbaridad volver a la normalidad... Y leyendo tu entrada he pensado, que casi siempre nos molesta (hablo en general) la rutina diaria y sin embargo, deseamos que llegue cuanto antes para que no nos pase esto que describes, ¿Será que no tenemos otra opción? Saludos y buen finde.
Una "leche" de las importantes, eso parece.
EliminarSobre lo que dices de la rutina, en mi opinión, si deseamos tanto retornar a ella creo que obedece, más bien, a una cuestión de comodidad que a cualquier otra cosa. En entornos nuevos, ante situaciones variables, debemos estar siempre más atentos, más pendientes de adaptarnos a las necesidades del momento. Cuando todo lo que nos rodea resulta estático e inalterable nuestras preocupaciones disminuyen; lo malo es que, después, si nos acomodamos en exceso dentro de esta dinámica, ante el más mínimo cambio, se nos pone todo muy cuesta arriba.
Un placer poder contar con tu opinión Amowhor.
Un saludo.
Sabes porque creo que les pasa eso?porque no tienen a nadie velando por el buen funcionamiento de sus quehaceres....yo tambien intento escudarme en lo costoso que es el regreso....ejem....pero...tengo la suerte de que Tu me pones las pilas rapido y me consientes solo un poquitin muuuy poquitin esos desajustes....
ResponderEliminarPor cierto....¿como va el temira de la clase de recu?¿voy planchando el uniforme ya?😋
Besines dulces
A Tus pies
Bueno...., la verdad..., eso de tener a alguien siempre pendiente de nosotros también resulta ser un comportamiento que tiende a buscar más la propia "comodidad" que a sentar las bases de una "seguridad" basada en las capacidades de uno mismo. La persona encargada de velar por nuestra integridad se convierte en el elemento que cohesiona y hace funcionar la rutina. Pero..., ¿qué pasa cuando esa persona, por el motivo que sea, no puede cumplir con esa labor?
EliminarEn relación a esas clases, como dijo en su día un insigne estadista: "Etamos trabahando en eeeello"
Un beso y un azote, mi dulce sierva.
Pues debo decir mi Señor, que tienes toda la razón, no me lo había planteado de ese modo, supongo que porque yo soy la reina de las comodonas, pero me has hecho darme cuenta de una forma de pensar distinta y muy acertada...
EliminarComo siempre aprendo de Ti...gracias!
A Tus pies