La mirada emotiva.


Quisiera explicar y no puedo;
quisiera mostrar y no atino;
quisiera ofrecer lo certero
que se esconde en lo sentido.

Quisiera dar rienda suelta
a esos gozos que atesoras
y, por fortuna, reinventas
conforme avanzan las horas.

Quisiera quitarle hierro
a ese acto que es la entrega,
que no supone deshonra
ni a quien lo asume doblega.

Quisiera darle respuesta
a tanta inquietud rechazada
por no ceñirse a la esfera
de una moral programada.

Quisiera, al fin, compartirlo
y revelarlo factible
para que todos lo vieran
y lo supieran posible.

Pero todo esto se entiende
con solo verte la cara
cuando te ofreces resuelta,
a mis pies…, ilusionada.



Comentarios

  1. ¿Qué decir?, me gustan tus poesías, son suaves, armoniosas y el final, contundente, son una delicia leerlos..

    No considero deshonra, ni carente de moral lo que no va de la mano de normas establecidas, pero no creo estemos todos preparados para una sexualidad libre de prejuicios, donde abunde el respeto y la libertad.

    Un saludo Qarpatian

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues... ¿qué decirte a ti, Ame? Que muchas gracias por los elogios y que resulta un verdadero placer que mis humildes letras sean motivo de disfrute.

      En cuanto a lo que comentas acerca de nuestra sociedad y que esta no está preparada aún para según que cosas, no puedo estar más de acuerdo contigo, aunque, bien pensado, "las revoluciones más duraderas son aquellas que van teniendo lugar poco a poco.

      Un saludo afectuoso.

      Eliminar
  2. Todo aquello que ves en mi mirada cuando me ofrezco resuelta es tan solo Tu propio reflejo enseñándome a ser lo que tanto anhelo, tantas cosas que crees no poder explicar es lo que me muestras cuando me permites contemplar esos ojos Tuyos que son sin duda los que iluminan mis pasos.

    Quizás sea Tu mirada la emotiva y por supuesto el motivo de que cada día desee estar a Ti ofrecida, porque en ella haces realidad la ilusión de mis días.

    Aunque tantas veces no merezca siquiera contemplar Tu sombra sobre mi, te suplico, mi amado Señor, sin tener derecho ninguno, que me permitas continuar aprendiendo, aunque sea tan torpe que desespere Tu ánimo, no me sueltes de la mano, porque por Ti rectificaré mis pasos y resarciré con esmero aquello que mis descuidos malogren, porque si algo me has mostrado es que ya por completo te pertenezco.

    Soy consciente mi Señor de cuanto me queda, pero también de la labor tan maravillosa que en mi estas haciendo, por ello te doy las gracias y a Ti me someto.

    Dulces sueños mi Señor
    A Tus pies

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En ese caso, mi dulce sierva, no estaríamos hablando solamente de una mirada emotiva si no de una compartida; lo cual, a mi entender, resultaría aún mejor por todo aquello que conlleva.

      Que sean ambas, pues, y que tengamos la fortuna de ensanchar esas miras y de disfrutar de todos aquellos paisajes que se nos presenten.

      Un beso y un azote.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares