Viciosas, bobas, vacías.


Existe una creencia bastante extendida (incluso entre los propios dominantes) mediante la cual se trata de dar justificación a determinados actos que; en modo alguno; tiene cabida ni dentro de la D/s ni en ningún otro ámbito. Básicamente, lo que muchos sostienen, vendría a ser esa afirmación tan simplista por la cual se tiende a catalogar a todas las sumisas como unas “viciosas” incorregibles y; en buena medida; desequilibradas, que son incapaces de excitarse u obtener placer si no es a través de alguna clase de “maltrato”. Por lo que a mí respecta, ya he explicado muchas veces cuál es la idea que yo tengo en relación a las normas por las cuales nos hemos de regir dentro de la esfera bdsm; no tiene, por lo tanto, demasiado sentido estar insistiendo de forma reiterada sobre un mismo concepto. Ahora bien; con respecto a esa opinión que tienen algunos sobre la sumisión femenina; sí que merece la pena extenderse un poquito pues, ciertamente, no escasea el número de hombres y mujeres que se muestran convencidos de que una sumisa tiene bien merecidas las desgracias que pudieran acontecerle en el marco de sus relaciones de carácter más íntimo. Dicho así suena muy duro, aunque podría no estar exento de un cierto halo de verdad en la medida en que sí que es cierto que se asumen ciertos riesgos (lo mismo que cualquiera que realice un viaje en avión o se lance a invertir en bolsa; por poner solo dos ejemplos). Ello no implica que, cuando se es consciente de la posibilidad de tener que hacer frente a determinadas eventualidades, se haya de estar comulgando con ruedas de molino. Como en cualquier otra faceta de la vida, se trata de ser consecuentes, no estúpidos.


Otro de esos mitos, que parecen tan comunes a las sumisas, está muy ligado al ambiguo sentido de la propiedad del que hacen gala muchos dominantes. No deja de haber quienes creen que porque una mujer sienta inclinaciones sumisas ya debería rendir pleitesía a cualquiera que se manifieste dominante y que, por lo tanto, habría de plegarse a los deseos de cualquiera que así se lo manifieste (todo esto, independientemente de que la sumisa en cuestión pueda o no estar prestando ya su obediencia y sus servicios a un dominante determinado). Para no liarme demasiado en determinar la validez o idoneidad de esta “creencia” decir tan solo que sus propios defensores tienden a recelar un tanto de ella, pues…, si bien la consideran muy útil para con las sumisas ajenas no suelen verle tantas ventajas cuando se trata de las propias.


Por último, quisiera hacerme eco de esa otra corriente de pensamiento que sostiene que las sumisas vendrían a ser algo así como una especie de ascetas que se dejan hacer cualquier cosa pues son capaces de aislarse y abstraerse de todo; que les da igual ocho que ochenta, vamos. Aún en el caso de que esto pudiera llegar a ser tal y como se nos plantea… ¿qué beneficios reportaría esto para esa sumisa y para cualquier dominante que se mostrara interesado por ella? El control sobre un objeto puede ofrecer un cierto grado de satisfacción, sin duda, pero eso poco tiene que ver con la capacidad de entrega de una sumisa cuando, esa entrega, surge de la propia convicción y  de la confianza que tiene depositada en su Amo. ¿Qué eso no se ajusta del todo a la definición más literal de la palabra sumisión? Tal vez. Pero quizás sea porque esa sumisión ha de partir de unas bases un tanto diferentes que no deriven tanto del miedo, la impotencia o la mera y simple debilidad y que sí que tengan más que ver con la lealtad, el afán de superación y… ¿por qué no decirlo?, el amor. Resulta evidente la necesidad de la sumisa de sentirse llena (y no me refiero únicamente al aspecto más físico, pillines), de ver como su sumisión le reporta otras cosas que serían impensables fuera de ella. Cuando eso se consigue es cuando realmente se vienen abajo todos los convencionalismos; y no porque exista un empeño trasgresor, si no, sencillamente, porque se pueden constatar sus beneficios.


Seguirán habiendo quienes crean que las sumisas solo son unas viciosas, bobas y vacías, pero… ellos se lo pierden.


Un saludo a todos.


Comentarios

  1. Creo que son mujeres que sienten y se entregan más profundamente, que pueden llegar a ofrecer su confianza plena al grado de entregar su voluntad a quien creen la merece y valora, aunque no creo soy la indicada para comentar.

    Un beso Qarpatian

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    1. Bueno, Ame. El hecho de mostrar una cierta prudencia ante aquello que se nos escapa ya dice mucho de una persona.

      Un abrazo.

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  2. Hay demasiados topicos tipicos, y eso no me preocuparía si viniera de miradas ajenas, pero como bien expones esas creencias estan tambien enraizadas dentro del propio bdsm y eso ne parece realmente triste porque significa dos cosas, para mi, que en realidad no se está viviendo con plenitud por no llegar a alcanzar ese como que te muestra la plenitud o porque, que haberlos haylos, se busca el simple egoismo, tratando de satisfacer unicamente los propios impulsos y no mirando de compartir un vinculo que haga la forma de sentir mas plena.

    Personalmente pienso qur quien tenga estas creencias no llegará a sentir el verdadero significado, cosa que yo confio seguir descubriendo de Tu mano, perdiendose asi un gran abanico de sensaciones.

    Quien no sea digno de comprender el significado y la importancia de una sumisa no merece poseer una, y quien no valore el tesoro de servir a un buen Dominante mejor estará dedicandose a otros quehaceres.

    No es labor sencilla, no es tan solo vicio y desenfreno pero todos sabemos lo complicado que es quitar los peejuicios de la mente.

    Yo estoy feliz de servirte, de descubrir todo aquello que nuestra union lleva implicito y me emociona dejar que fluya mi sumision y trabajar aquello que frena mi entrega...ojala quien lo sienta tenga una oportunidad como la mia para desarrollarse...

    Gracias mi Señor por dejarme a Tus pies.
    Buen post!!!!

    Besines dulces

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    1. Nunca he sido demasiado partidario de hacerle caso a los tópicos pues, en demasiadas ocasiones, tienden a ocultar los detalles en los que reside la verdadera esencia de las cosas. Si bien no deja de haber ocasiones en las que son ciertos, también es verdad que no reflejan el todo de una cuestión y, precisamente por eso; por mucha base que pudieran tener; siempre habrían de ser tomados con una cierta cautela.

      Sé que, entre los dos, estamos consiguiendo romper con algunos tópicos (bastantes propios y algunos ajenos) lo cual nos permite descubrir esas otras realidades que, estando ahí, permanecían ocultas por la fuerza de las ideas preconcebidas.

      Gracias a ti, mi sierva, por ser capaz y desear aprender.

      Un beso y un azote.

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