Más allá de la apariencia (Feminización II).
Tras haber hecho hincapié en todo
lo relacionado con su componente estético; pasemos a ocuparnos ahora de
aquellos aspectos más definitorios y, a la vez, controvertidos de la
feminización dentro de un contexto netamente femdom.
Para empezar; aunque esto os
pueda parecer un tanto extraño; decir que el recurso de la feminización suele
ser algo bastante demandado por un número importante de sumisos y que son las
propias dóminas, por el contrario, las que se suelen mostrar más reacias a
aplicar sobre sus sometidos este tipo de disciplinas. Esta afirmación; por
supuesto; no debe ser tomada en un sentido general, pero, cuando así se
manifiesta, tiende a estar sobradamente fundamentada desde un punto de vista
dominante. Veamos por qué.
En primer lugar nos damos de
bruces con una de las verdades más incuestionables sobre las que se fundamenta
cualquier relación D/s (independientemente de la orientación que quiera
dársele). Quien ejerce el dominio; para bien o para mal; es quien marca las directrices
y, por lo tanto, en ningún momento tiene porqué ceder a los requerimientos de
quien dice obedecer. Esto no quiere decir que no existan ocasiones en las que
se juegue con el planteamiento inverso: “si
deseas algo de mí, solo te será concedido cuando considere que te lo has
ganado” ¿Recompensa en lugar de imposición? Dependiendo de cada persona…,
puede funcionar o no.
También existe un porcentaje
bastante importante de dominatrices que excluyen de forma tajante esta práctica
al considerar que; si al hecho de adoptar una apariencia femenina se le supone
un componente de humillación; es como admitir que la propia condición femenina
resulta de por sí humillante, lo cual no se ciñe en nada a la realidad.
En cambio, cuando son las propias
Amas las que desean aplicar sobre sus sometidos este singular método de
metamorfosis, lo que suelen buscar; mayoritariamente; no es tanto generar un
sentimiento de ridículo (que también), sino cierta suerte de concienciación
profunda en el hombre sobre cuáles son las consecuencias que tienen sobre la
mujer muchos comportamientos y pretensiones masculinas. Sería en esta “feminización forzada” (como
la llaman algunos) donde confluirían no solo el sometimiento y la aceptación a
una obligatoriedad impuesta, sino toda una serie de factores mucho más
específicos dentro de un marco puramente femdom.
Un buen ejemplo de esto sería el
empleo de determinados elementos que, por diseño, tienen como principal
finalidad la de asegurarse la castidad en un varón; pero que, en el caso que
nos ocupa, sirven también para otros propósitos. Uno de ellos es el de impedir
la erección, privando así al hombre de cualquier iniciativa en el aspecto
sexual. Otro sería el de modificar algunos hábitos que guardan relación con
determinadas necesidades fisiológicas y que vienen determinados por la
morfología de cada género (dificultad
para orinar de una forma “varonil”). Incluso
pueden llegar a darse casos en los que; ahondando aún más en ese sentido; un
sumiso se vea obligado a compartir con su Ama alguna de las molestias propias
de la menstruación (ya podéis haceros una idea de a qué me estoy refiriendo).
No cabe la menor duda de que;
para algunas convencidas defensoras de la dominación femenina; este tipo de “terapia de inversión” que aplican sobre
sus sometidos no tiene por qué tener nada de denigrante con respecto a la
figura de la mujer y; el hecho de que tenga un cierto componente de humillación
al manifestarse sobre un hombre; tiene más que ver con el desmantelamiento
sistemático de aquellos valores y elementos definitorios que, socialmente,
lleva aparejados el género masculino. No se trata solamente de vestirse como
una chica, en muchos casos también se deben adoptar las maneras y actitudes que
se tenían plenamente asimiladas para el sexo opuesto pero no para el propio.
Y…, hablando de sexo, si nos
centramos en ese plano concreto, puede darse la circunstancia de que el sumiso
no solo se vea privado de la capacidad de satisfacer sus propios instintos
cuando le venga en gana sino que, además, pase a ocupar una posición algo más “receptiva”. Mediante la técnica del “strapon”
(que consiste en el empleo de arneses consoladores que dotan a la mujer del
atributo masculino por antonomasia) el sumiso se ve en la tesitura de asumir un
rol totalmente pasivo donde se ve obligado a adoptar unas maneras y unas poses hacia
las que, a priori, puede no sentirse demasiado dispuesto. Aquí es cuando un Ama
no se limita a anular el placer de su siervo; además, hasta cierto punto, lo
está modificando.
Hay quien va incluso más allá y
pone a sus sometidos en el difícil trance de tener que mantener relaciones
sexuales con otros hombres (a veces, incluso, a cambio de una cierta
compensación económica en lo que se conoce con el nombre de “putificación”)
llevando al extremo tanto la propia práctica de la feminización como la del
sometimiento, total y absoluto, a la voluntad de su dueña.
Pero si queremos hablar de
extremos dentro de esta tendencia en particular, existen casos (ciertamente
marginales) en los que un Ama no se conforma con todo lo anterior. Que un
sumiso haga gala (tanto en la forma como en el fondo) de una encomiable
adaptación al estilo y comportamientos femeninos, puede no ser suficiente. En determinadas
circunstancias, ese hipotético sumiso, podría verse enfrentado a unos dilemas
de un alcance muchísimo mayor. Me estoy refiriendo a la transexualidad a la que;
en algunas ocasiones, mediante la aplicación de un tratamiento hormonal y/o la
colocación de implantes de pecho; a de encarar el sumiso.
Llegados a este punto, ya
estaríamos entrando en materias un tanto delicadas debido a la dificultad que
entraña revertir determinadas alteraciones físicas así como las
contraindicaciones que de estas pudieran surgir. Ante ciertas cuestiones no
conviene tomar una decisión a la ligera. Además, la D/s; ya sea desde una óptica
de dominación masculina o femenina; no es ni un cheque en blanco ni tampoco un
banco de pruebas (al menos…, no a ese nivel). No está de más recordar que quién
ordena también es responsable de las consecuencias derivadas de esas órdenes.
Creo que, por lo menos a grandes
rasgos, ya he tocado los aspectos más importantes de este fenómeno; minoritario
pero llamativo; que es la feminización. Como ya apunté en mi anterior entrada
sobre el tema, no puedo ser considerado como una fuente demasiado fiable en
este sentido y si alguien desea corregir; o simplemente añadir; algo a lo que
aquí se ha expuesto, ya sabéis que podéis hacerlo sin problema.
Un saludo a todos.
En esta segunda entrega me ha llamado la atencion sobre el resto de interesantisimos conceptos, muchos de ellos completamente desconocidos para mi, el hecho de que los sumisos puedan desear esa practica y que sea su Ama quien haga que merezca el poder practicarla, porque en el fondo sea esta apetencia u otra el concepto es el mismo, y en otras, que las Amas puedan desestimarlo por completo porque sea algo que para nada desean, y entoces el sumiso deba mostrar su entrega con la no ejecucion, pues normalmente se piensa en el Hacer y no el Dejar de Hacer...
ResponderEliminarEs bello el sacrificio de un sumiso para complacer y sentirse pleno él mismo...
Y...me encanta la reflexión que haces sobre la responsabilidas de las consecuencias de una orden emitida...
Aunque no vaya realmente con nosotros hay mucha miga en este post si se cogen los conceptos...aplicables 100%
Gracias por abrir mi mente y permitirme la reflexion para aprender a servirte...
A Tus pies
Besines dulces
Me agrada comprobar la facilidad con la que sabes leer entre líneas, mi dulce sierva, y como sabes desgranar la esencia de la D/s a través de prácticas que no entran dentro de nuestro pequeño ámbito.
EliminarSolo le veo un inconveniente a esa preclara lucidez tuya: te deja sin excusas a la hora de obrar en consecuencia con la posición que ocupas.
Ay, ay , aaay... que cosas ;)
Un beso y un azote.
Yo en realidad solo tengo que aportar a este tema el hecho de proclamar que no me interesa la feminización en absoluto. Y me parece que puede haber “sumisos” que buscan refugio en el femdom porque creen que hay un elevado número de mujeres dispuestas a hacer realidad su fantasía. También habrá sumisos que que lo sientan de verdad y a la vez sientan el deseo y necesidad de ser más femeninos. Habrá de todo, ya se sabe, pero lo alarmante es cuando se da por sentado que el femdom incluye una serie de prácticas obligatorias e ineludibles.
ResponderEliminarSolo matizaría en este post el tema del cinturón de castidad. En casos así se trata de despojar por completo al hombre de sus atributos, en una especie de castración virtual. No hay que confundirlo con su uso con un sumiso no feminizado. En este otro caso es algo que va más allá de evitar que el hombre tome la iniciativa, para eso debe bastar una simple orden de su Ama, (o sin orden, es un tema muy claro entre ambos ya de entrada), se trata más bien del hecho de entregar el control y el poder sobre la propia sexualidad a la parte dominante, para evitar el sexo en solitario sobre todo. Aunque ya digo, también debería bastar una simple orden. Es un plus, a veces excitante, a veces usado como castigo, etc. Pero ya me salgo del tema ;)
Si se me permite, dejo un enlace en el que desarrollo por qué no me gusta esta práctica:
http://amabuscasumisoverdadero.blogspot.com.es/2013/02/la-feminizacion-del-sumiso.html
Saludos
Estimada Ama S:
EliminarHe leído tu post acerca de este particular y me ha parecido muy interesante en virtud a lo que añade respecto a lo aquí reflejado (...por lo que tiene personal, recomiendo encarecidamente su lectura). Estoy muy de acuerdo con lo que dices en él cuando manifiestas que existe un elevado número de sumisos que piensan que la Dominación Femenina...; y cito; "parece un cajón de sastre donde se mete todo lo que no cabe en lo convencional".
Con respecto a la matización que has expresado en tú comentario; a mi entender; no es tal, pues ya he dejado claro en la propia entrada que no estaba hablando del uso convencional que se suele dar al cinturón de castidad, sino de esa otra aplicación que; "a veces"; se le asocia dentro de esta práctica.
Muchas gracias por aportar tu punto de vista y por tu visita.
Recibe un cordial saludo.
Leyendo artículos como este, me queda claro que soy un ignorante.
ResponderEliminarBrillante blog, por cierto.
en mi caso me encantaría una feminización más completa y poder entregarme y ser usada como mujer, como "ellas" en esas imágenes preciosas ... qué envidia me dan ...
ResponderEliminar