Rincón imperial.


No es que resulte demasiado de mi gusto ni que tenga la impresión de que pudiera sentirme cómodo en una estancia tan sumamente espaciosa, pero ya sabéis que en esta ciudad no se suele desechar casi nada por decreto y que no deja de haber quienes siempre están dispuestos a darle una oportunidad a nuevas experiencias.

Aunque el ornato y la opulencia sean aquí los protagonistas, no hay que olvidar que se trata de una alcoba y…; si bien a mí no me trasmite, a priori, demasiada sensualidad; ¿qué sería de nuestras vidas si, de vez en cuando, no tuviéramos que hacer frente a algún desafío?


Un saludo a todos.


Comentarios

  1. Como ya sabes tampoco es el rincón de mis sueños pero ellos se hacen especiales por las personas con que los compartes, y segura estoy que si fuese posible gozarlo contigo nuestras ganas e ilusion harian de esta estancia un bello lugar donde dejar entre esas lujosas paredes un poquito de nuestra fantasia y nuestra pasión, confiriendole algo de nuestra esencia y nuestro carácter...

    Y...pensandolo asi...bellas imagenes vienen a mi mente y esa apariencia de fria y excesiva riqueza muta en entrega y pasión compartida...

    Porque no?...contigo todo es posible...

    Dulce descanso
    A Tus pies

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    1. No me cabe ninguna duda de que ningún escenario se muestra igual a todos los ojos, pero eso no nos impide tener nuestras propia preferencias.

      En la variedad está el gusto y... la gracia.

      Un beso y un azote, mi dulce y minimalista sierva.

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  2. Ay estas alcobas Versallescas, donde la corte esperaba alrededor de la cortina cerrada mientras sus majestades "fornicaban " en busca de prole.... demasiado desafío y oropel..

    besito.

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    1. El vértigo inherente que surgía a la hora de dotar de "majestad" a muchos de nuestros actos cotidianos, provocaba; a mi entender; que estos se vieran un tanto desvirtuados.

      ¿Perdían con ello su encanto y su magia? ¡¡Qué insufrible monotonía si así fuera!!

      Recibe un cordial saludo, Pommette.

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  3. Pommette, eso iba a poner yo.
    Lugar donde la corte observaba tras esa baranda, viendo la consumación matrimonial del nuevo matrimonio Real para luego sacar la sábana manchada por el balcón, mostrando la consumación del hecho. Lugar también donde la corte era testigo del nacimiento de los hijos de los Reyes.
    Alcoba que generalmente tenía una puerta falsa, disimulada, por la que el Rey a través de algún pasillo, accediera a otra habitación menos Real, donde fornicaba con la cortesana.

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    1. Ya veo, ya, que este rincón no deja de ejercer fascinación, o, al menos, un encendido interés.

      Me congratulo al comprobar como se conocen y debaten los acontecimientos del pasado.

      Un saludo Pili y bienvenida a la ciudad.

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