Alcances coherentes.
Sin un reto no hay
avance;
sin avance no hay
sentido;
sin sentido todo
escapa
y se pierde lo
obtenido.
Sin abrigos que
resguarden
también se asoman
peligros,
acechanzas, malas
artes
y un sinfín de desabridos.
¿Dónde ubicarnos
entonces?
¿Cómo atinar nuestro
sino?
¿Cómo acertar en la
apuesta
que nos sugiere
destinos?
Escasas seguridades
nos ofrecen nuestros
actos;
siempre pendientes de actores
que se adhieren a
otras reglas.
Mas… no es factible elevarse
sobre corrientes
ajenas
cuando se dejan de
lado
las que tenemos por
ciertas.
La conclusión llega
solo
en el momento
oportuno,
cuando abrimos
nuestros ojos
a la luz de nuestro
mundo.
Vemos, ¡¡reconocemos!!
los matices que nos
mueven
y, una vez los
aceptamos,
comprendemos sin
dobleces.
Sabremos a qué
aspiramos
y el esfuerzo que
requiere,
y nunca podrán
quitarnos
el orgullo de ser
fuertes.
Cuando un reto se presenta siento ese vertigo, esa inseguridad que me ahoga y creo no ser capaz perdiendome en esas sensaciones, pero pasados esos instantes, cuando recobro la serenidad empiezo a plantearme de otro modo ese reto...trazo el siguiente paso, y aunque no pierdo de vista donde quiero llegar no me obsesiono con el final sino veo el paso inmediato...
ResponderEliminarDesde que te sirvo, no puedo negar que tengo muchos mas retos personales, que ese ahogo también me embarga pero al pensar que viene de Ti, siento en la confianza que te tengo que Tu me conoces y sabes donde puedo llegar, ademas de saber que estaré apoyada por Ti...
Necesito retos, me hacen sentir viva, que realmente tengo un motivo, y sabiendo donde anhelo llegar compartiendo contigo ese destino me ilusiono y cojo fuerzas de ello...
Preciosas letras que me han hecho emocionar porque me veo reflejada y conocida intensamente por Ti...
Gracias mi Señor
A Tus pies
Sin ese conocimiento al que aludes, sería imposible vislumbrar el alcance y las posibilidades que nos permite nuestra relación.
EliminarHonestidad, sinceridad, compromiso..., todo aportado desde ambas partes, en su medida y contexto.
No resulta sencillo, sin duda, pues no se trata de algo lineal que se pueda reglamentar de un modo simplista; pero, en cambio, sus fundamentos sí que resultan simples y es en el modo de aplicarlos; en esa "coherencia" práctica; donde pueden encontrarse ciertas garantías de éxito.
Un beso y un azote, mi dulce y lacónica sierva.