Luminoso y colorido.
No sé si a vosotros os sucederá
algo parecido, pero a mí; últimamente; es como si me hiciera falta un extra de
claridad, de solana…, en definitiva, de luz.
Es muy posible que todo esto
tenga bastante que ver con las “biorritmos”
que nuestros cuerpos adoptan en
función de las condiciones ambientales. Eso y que ya toca ir desprendiéndose de
esa especie de “modorra” que a veces
sobreviene cuando los cambios de estación parecen dilatarse demasiado en el
tiempo.
Para ayudarnos en ese sentido,
siempre podemos contar con los beneficios que proporciona el noble arte del Feng
Shui y optar por determinadas orientaciones, distribuciones, colores, etc…, que
mejoren nuestro estado de ánimo en función a nuestra relación con nuestro
entorno más próximo.
El rincón escogido para esta
semana tal vez resulte un ejemplo algo extremo (sobre todo en lo referente a la
paleta cromática escogida para ilustrar este punto), pero; cuando estemos
hablando de casos muy graves de “emotividad sombría”; si de lo que se
trata de abrir nuestros sentidos a la luz, no hay nada mejor que decantarse por
aquellos tonos que, a buen seguro, no van a dejarnos indiferentes.
Un saludo a todos y disfrutad “a tope” de la luz de vuestros días.
Hoy quizás pensaba en un ricon algo mas oscuro y calido, que me invite al recogimiento y a la reflexión, pero quizás tengas razón y lo que necesite sea algo de color, y sobretodo esas espectaculares vistas para perder mi mirada en su inmensidad y dejarme acunar por el vayven de las suaves olas...
ResponderEliminarY como siempre, porque es como mas lo disfruto, a Tus pies en esa maravillosa alfombra mientras te siento cerca, sereno, abrigado por mi sentir y cuidandote en cada instante...
Besines dulces
Sin duda, no puede calificarse a este rincón como oscuro. No obstante, en lo referente a la calidez, creo que cuenta con suficientes recursos para resultar tremendamente válido en ese sentido.
EliminarAdemás, si te resulta atrayente la idea de verte arropada por la penumbra..., bueno, tan solo habría que esperar a que anocheciera y, sin duda, podría cumplir perfectamente con ese cometido.
Un beso y un azote, mi dulce y recogida sierva.