Tú.
Pivotando por entre
una enrevesada mezcla de confusión y seguridad,
mientras te entregas
al ilusionante proyecto de descubrirte a ti misma,
eres tú la única
medida de ese sueño que atesoras.
Marcada por un afán de
alevosa recurrencia
y alcanzada por
influjos ajenos a la estereotipada cotidianidad,
te reinventas; con
cierta pereza;
a sabiendas de toda
esa censura empecinada en pender sobre ti.
Pero…, esa pizca de
arrebato que siempre te habías reservado
implosiona cuando
menos te lo esperas
regalándote la
serenidad por tanto tiempo reclamada
y que jamás hubieras
pensado obtener de ese modo.
Todas esas noches de elíptico
insomnio a las que ya estás acostumbrada
cobran un cariz bien
distinto,
y; no siempre, pero
bastante a menudo;
transforman tu soledad
en un relato cómplice… como extraído de un cuento.
El hambre; por tantos
años instalada en tu vientre;
comienza a
desvanecerse desplazada sin reparos,
y en el umbral del
deseo se acometen nuevas obras
cuyo inicio has demorado
aún estando proyectadas.
Enlazando gracia y
chispa
con actitud descarada,
combinada con terrores
que,
a tu pesar, siempre
asoman.
Una lascivia
inherente,
pero apenas dominada
que, poco a poco, se
asienta
desplazando a otros
influjos.
Una mirada profunda,
aunque la vistas vacía.
Un discurrir distraído
que, en realidad, es
medido.
Un equilibrio aparente
zarandeado por dudas,
y una pizca
inmaculada,
puro “seny” convencido.
… y todo eso…, una
parte;
corteza de un mundo
infinito;
misterio no desvelado;
ardiente fuego
escondido.
¿Cuánto más hay ahí
adentro?
¿Cuál el límite
descrito?
¿Cuántas son tus
realidades,
denso “atlas”
femenino?
Tú, sólo tú, la
respuesta.
Tú y sólo tú, el desafío.
Me siento terriblemente halagada por verme dibujada por Tus palabras, no sólo porque Tu forma de escribir siempre me ha apasionado y ser objeto de ellas es un inmenso placer, sino también por saberte pensando en mi para trazarme con Tus versos, imaginándote desnudando aquello que no es tan visible y deseando hacerlo aún en mayor medida.
ResponderEliminarMi sueño, mi Señor, el que construyo contigo, aún no está dimensionado, no sé dónde están los límites de este desconocido anhelo que cada día adquiere una mayor medida, haciendo que el agobio y el temor vayan dejando lugar a la serenidad de esa convicción tan inusual pero de tan buen disfrutar.
Confieso que siento un poco de responsabilidad cuando veo que esperas de mi mucho más de lo que creo poseer, que confías en un mundo repleto de posibilidades en mi interior y en esa fortaleza que intuyes capaz de hacerlo realidad. Si no fuese porque sé que Tu eres capaz de aquello que te propones, que Tu, mi Señor, ves más allá de lo que yo veo y, conoces la esencia necesaria para ser Tuya, diría que es Tu sueño el que construyes con ilusión y esmero…
Espero mi Señor no decepcionarte con la pobreza de mi ser y poder satisfacer Tu curiosidad durante mucho mucho tiempo, alimentando Tu deseo para que continúes haciéndome parte de Ti...
Te leo y me reconozco pero, a la vez, es tan bello que no puedo creer que sea yo la que se describe en ese “Tú“ que hoy nos ofreces…
Me gusta lo que ves en mi…
Gracias, mi Señor, por este increíble regalo…
Besines dulces
A Tus pies.
Si crees que estas palabras son un reflejo de lo que espero, no me queda otro remedio que contradecirte, pues lo que reflejan, en realidad, es aquello que, simplemente, veo (y aún me he dejado bastantes cosas en el tintero).
EliminarAhora bien. Sí que es verdad que también yo albergo propios mis sueños (sería una estafa negarlo) y que; aunque no aparezcan expuestos en el fondo de tan atropellados e impulsivos versos; sí que pueden intuirse en la forma y en ese "tempo" personal hacia el que suelo escorarme y que tú ya conoces tan bien.
La realidad que vivimos es el conjunto de esos sueños que los dos compartimos, complementamos y construimos para darles esa forma; conjunta y definitiva; que nos ayude a crecer a ambos hasta constituir una única entidad. ¿Puede haber un sueño mejor y más noble?
Un beso y un azote, mi dulce y "redimensionada" sierva.
Qué belleza!...letras que incitan a esa mirada que apunta a nuestro interior...allí donde perdernos y encontrarnos...
ResponderEliminarPrecioso...todo un deleite...
Muacks!! :-)
No sé muy bien como gestionar unos elogios tan (bajo mi punto de vista) "excesivos" por haber expuesto, únicamente, una realidad que tengo ante mis ojos.
EliminarLa belleza, en tal caso, vivirá instalada en aquello que describo y no tanto en la propia descripción.
De todas formas..., muchísimas gracias Ginebra, por tus palabras y también por tu presencia.
Un beso enorme también para ti.