Me resulta curioso porque justo ayer, por aquí, en mi entorno, se hablaba de la frustración, de esa sensación desagradable que se tiene cuando las cosas no salen como esperamos, y que suele anular el resto de cosas que nos rodean haciendo que su dolor adquiera todo el poder.
Trataban de convencerme de hacer todo tipo de estrategias por tal de conseguir mis deseos para así no obtener lo que ellos aseguraban sentirían si sucediese lo contrario a sus anhelos: la frustración.
En ese momento, aunque para ellos pareciera un impulso por la prontitud de mi respuesta salió de mi: "tranquilos, estoy acostumbrada a gestionar la frustración".
Mis palabras fueron acogidas con tristeza y las miradas se volvieron oscuras, pero todo ello responde a su poca comprensión de lo que en realidad se esconde tras mis palabras, y ante lo que, por supuesto, no van a saber de mi porque es complicado para aquellos que no conocen ni comprenden mi esencia sumisa.
Una de las cosas que estoy aprendiendo en este camino, y que normalmente se desatiende o se trata de obviar, es cuanto debe una esclava aprender a gestionar la adversidad, cuantas veces sus caprichos serán negados, indirectamente por las circunstancias o directamente por las ordenes de su Amo, y como a través de ello, por un lado se crece como persona aumentando su capacidad para gestionar la adversidad y como también, se consiguen sensaciones mucho mayores cuando se entrega esa gestión basada en la confianza, en la paciencia y en esa convicción que mueve a un alma entregada.
La adversidad me ha visitado en muchas ocasiones, y seguro seguirá haciéndolo, pero puedo afirmar que aunque no la añoro sé que me ha dado la capacidad de resistir, de aprender y de conocer cuanto de mi está oculto pero aflora cuando es necesario para mostrar que puedo...
Ojala nunca tenga que comprobar la magnitud de mi fortaleza, pero si puedo decir que me ha dado la oportunidad de demostrar en muchas ocasiones quien soy, que siento y cuanto lucho por aquello que sé debe formar parte de mi vida.
Sigo confiando en que la vida da muchísimas cosas bellas que hay que disfrutar pero no olvido que existe también el dolor y de ahí mi capacidad para disfrutar de las pequeñas cosas que hacen valga la pena.
Perdona mi rollo, pero necesitaba compartirlo y sentí que era el momento, acunada por la ciudad...
Gracias mi Señor, porque aunque quizás no lo sepas, de nuevo me has ayudado.
Que nadie vaya a pensar que lo que aquí se expone es algo fácilmente realizable o asumible (una cosa es no amilanarse a la primeras de cambio y otra muy distinta obrar como un necio). Pero si que es cierto que resulta muy sencillo simular habilidad cuando los retos que se nos presentan son "fáciles" o, directamente, no tenemos la necesidad ni el deseo de enfrentarnos a ninguno.
La cuestión vendría a ser... ¿cómo los afrontamos si es que aparecen? ¿Nos rendimos sin más o tratamos de superarlos al tiempo que; si es posible; extraemos algún tipo de enseñanza?
Yo creo que las palabras de Séneca a este respecto buscaban apelar más a nuestro sentido práctico que a nuestro estoicismo; aunque claro, tampoco conviene olvidar que muchos de nuestros logros conllevan, generalmente, algún tipo de sacrificio.
Aunque..., no sé muy bien por qué me extiendo tanto explicándote todo esto si tú ya conoces perfectamente cuales son los pros y los contras que te aguardan a mi lado.
Me resulta curioso porque justo ayer, por aquí, en mi entorno, se hablaba de la frustración, de esa sensación desagradable que se tiene cuando las cosas no salen como esperamos, y que suele anular el resto de cosas que nos rodean haciendo que su dolor adquiera todo el poder.
ResponderEliminarTrataban de convencerme de hacer todo tipo de estrategias por tal de conseguir mis deseos para así no obtener lo que ellos aseguraban sentirían si sucediese lo contrario a sus anhelos: la frustración.
En ese momento, aunque para ellos pareciera un impulso por la prontitud de mi respuesta salió de mi: "tranquilos, estoy acostumbrada a gestionar la frustración".
Mis palabras fueron acogidas con tristeza y las miradas se volvieron oscuras, pero todo ello responde a su poca comprensión de lo que en realidad se esconde tras mis palabras, y ante lo que, por supuesto, no van a saber de mi porque es complicado para aquellos que no conocen ni comprenden mi esencia sumisa.
Una de las cosas que estoy aprendiendo en este camino, y que normalmente se desatiende o se trata de obviar, es cuanto debe una esclava aprender a gestionar la adversidad, cuantas veces sus caprichos serán negados, indirectamente por las circunstancias o directamente por las ordenes de su Amo, y como a través de ello, por un lado se crece como persona aumentando su capacidad para gestionar la adversidad y como también, se consiguen sensaciones mucho mayores cuando se entrega esa gestión basada en la confianza, en la paciencia y en esa convicción que mueve a un alma entregada.
La adversidad me ha visitado en muchas ocasiones, y seguro seguirá haciéndolo, pero puedo afirmar que aunque no la añoro sé que me ha dado la capacidad de resistir, de aprender y de conocer cuanto de mi está oculto pero aflora cuando es necesario para mostrar que puedo...
Ojala nunca tenga que comprobar la magnitud de mi fortaleza, pero si puedo decir que me ha dado la oportunidad de demostrar en muchas ocasiones quien soy, que siento y cuanto lucho por aquello que sé debe formar parte de mi vida.
Sigo confiando en que la vida da muchísimas cosas bellas que hay que disfrutar pero no olvido que existe también el dolor y de ahí mi capacidad para disfrutar de las pequeñas cosas que hacen valga la pena.
Perdona mi rollo, pero necesitaba compartirlo y sentí que era el momento, acunada por la ciudad...
Gracias mi Señor, porque aunque quizás no lo sepas, de nuevo me has ayudado.
Besines dulces
A Tus pies
Que nadie vaya a pensar que lo que aquí se expone es algo fácilmente realizable o asumible (una cosa es no amilanarse a la primeras de cambio y otra muy distinta obrar como un necio). Pero si que es cierto que resulta muy sencillo simular habilidad cuando los retos que se nos presentan son "fáciles" o, directamente, no tenemos la necesidad ni el deseo de enfrentarnos a ninguno.
EliminarLa cuestión vendría a ser... ¿cómo los afrontamos si es que aparecen? ¿Nos rendimos sin más o tratamos de superarlos al tiempo que; si es posible; extraemos algún tipo de enseñanza?
Yo creo que las palabras de Séneca a este respecto buscaban apelar más a nuestro sentido práctico que a nuestro estoicismo; aunque claro, tampoco conviene olvidar que muchos de nuestros logros conllevan, generalmente, algún tipo de sacrificio.
Aunque..., no sé muy bien por qué me extiendo tanto explicándote todo esto si tú ya conoces perfectamente cuales son los pros y los contras que te aguardan a mi lado.
Un beso y un azote, mi dulce y ponderada sierva.
Sabias palabras!
ResponderEliminarUn beso enorme a dana y mis respetos a Ud. desde mi playa azul...
... ejemplo de valores universales.
EliminarGracias por tu visita y tus palabras, algamarina.
Saludos cordiales allende los mares.