Rincón recarga.


Aunque resulte un tanto prematuro echar las campanas al vuelo, aunque todavía resten algunas semanas para que podamos dar oficialmente la bienvenida a la tan ansiada primavera, las señales que nos llegan de nuestro entorno resultan inequívocas y; en ese sentido; no está de más ir preparándose para el inminente cambio de ciclo.

No hace falta volverse locos, pues hay tiempo de sobra. Así que…, con la calma y el sosiego característica con la que afrontamos los cambios muchos de los habitantes de esta ciudad, vamos poniéndonos al día de los asuntos mundanos, mientras dejamos que la incipiente luminosidad que define este periodo de transición nos alcance y estimule de forma paulatina.

Mientras nuestras baterías corporales ven como asciende su indicador de carga, el rincón que he escogido para esta semana puede resultar muy útil para ir adquiriendo de nuevo esos hábitos que comenzaran a regir en breve nuestro ritmo vital.


Que disfrutéis todos de una feliz y agradable jornada de domingo.


Comentarios

  1. No puedo evitar preguntarme...¿quien le habrá llevado la leche y ese periódico para que pueda deleitarse y recargar las pilas?

    Sin duda me gustaría ser la que te sirviera a Ti para poder después recargarme al contemplarte, al saber que he hecho aquello que te satisface...

    Es un gran placer cuando te siento feliz...¿como sino?

    Feliz domingo mi Señor
    Besines dulces
    A Tus pies

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo dices como si no supieras quién se ocupa de tales cometidos. Pero, en cambio, curiosamente, das muestras de conocer a la perfección las emociones y sentimientos que llevan aparejados.

      No sé si va a colar, pero..., entre tanto, que no se diga que no contribuyo a mantener el suspense.

      Un beso y un azote, mi dulce y "juganera" sierva.

      Eliminar
  2. Me gusta muchísimo este blog, la inteligencia, el talento y la chispa con que lo conduces.
    Mis más enfáticas felicitaciones!
    Julia III.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me siento profundamente abrumado ante el denso e inesperado aluvión de elogios que me brindas, así que (un tanto descolocado aún por el impacto) me vas a permitir que únicamente me limite a darte la bienvenida a esta ciudad.

      Siéntete como en casa, Julia, y vuelve cuando quieras.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares