Nuevos hábitos de acoso.
A pesar de que la inmensa mayoría de
los qarpadios procedan originariamente de otras latitudes, también es verdad que;
por norma general; no tardan demasiado en convertirse en unos firmes defensores
del estilo de vida mediante el cual se rige su tierra de adopción. Tal es así
que; al poco tiempo de pasar a engrosar el censo de estos esquivos confines;
tienden a olvidar con rapidez sus usos primigenios y comienza a causarles extrañeza
lo que, otrora, les parecía completamente normal y, hasta incluso, no exento de
cierta lógica.
Como a mi todavía se me considera
un “recién llegado” que aún conserva frescos muchos de sus condicionamientos
anteriores, tiendo a ser interrogado con asiduidad en relación a los porqués de
un gran número de las actitudes que tienden a imperar en buena parte del mundo.
Esa información que con frecuencia me es demandada puede versar sobre las más
variopintas materias y; curiosamente; no suelen coincidir con aquellas a las
que; de forma más general; se les confiere una mayor relevancia.
De un tiempo a esta parte, me ha llamado
poderosamente la atención la perplejidad con la que asisten a la enorme
influencia que han estado cobrando las llamadas “redes sociales” allende sus
fronteras. Pero, sobre todo, lo que más les sorprende, no es ya esa presencia
implícita (y, por momentos, perturbadora) con que se manifiestan, si no lo susceptibles
que resultan de ser empleadas como vehículo de infamias o medio para diversas
clases de hostigamiento.
Como en Qarpatia el concepto de “impunidad”
(muy al contrario de lo que pudiera parecer a primera vista) resulta del todo
inconcebible, se les hace muy difícil de asimilar que pueda haber tantas
personas que hagan un uso tan rastreo de todas esas nuevas implementaciones
tecnológicas. En base a esa consideración, les descoloca sobremanera la extremada
virulencia con que en tantas ocasiones se carga contra el medio sin mostrar un
excesivo interés en sancionar a quienes hacen un mal uso de él. “Por ejemplo, - me han hecho notar
recientemente. – un cuchillo es una de
las herramientas más antiguas, útiles y de probada eficacia que existen; pero, también,
a lo largo de la historia, ha venido siendo empleada para la ejecución de los
actos más atroces y abominables que pudieran imaginarse. ¿Qué habría de hacerse
entonces? ¿Velar de un modo incontestable para que no resulten factibles de ser
aplicados en la comisión de acciones de naturaleza tan terrible o, por el
contrario, los hacemos desaparecer para siempre?” Lo cierto es que…, bajo
ese punto de vista, la lógica de este argumento resulta aplastante; pues, si
bien la primera opción no es que sea precisamente sencilla, la segunda viene
ser imposible.
Así las cosas; y pese a todos los
intentos que pudieran hacerse con intención de reglamentar el tipo de
actividades que nos ocupa; siempre existirán indeseables que aprovecharan
cualquier ocasión que se les presente para dar rienda suelta a sus más
despreciables maquinaciones. A veces, ese es el precio que se ha de pagar para
favorecer el ejercicio de la libertad; pero…, como comprenderéis, en Qarpadia,
no es esa una consideración que convenza demasiado.
Demasiadas influencias, demasiado conocimiento mal empleado y tácticas poco licitas que nadie es capaz de regular, ocasionando sufrimiento gratuito.
ResponderEliminarNo conozco las soluciones de los medios de que disponemos pero si desearia un lugar donde cada uno los empleara para su bien pero sin perjudicar a los demás...un terreno idílico en el mientras mantenga la esperanza continuaré creyendo.
Tu siempre velas por mi, me alejas del mal y me das armas para luchar y mantenerme en mi senda y dispones de toda yo para Ti. Te lo mereces y...t'estimo.
Besines dulces
A Tus pies