Journey.
Deseosa de acometer
la inquietud que albergabas,
cansada ya de
escuchar el discurso conocido,
tomaste tus bártulos
y decidiste aguardar al borde de la calzada
esperando dar con alguien
que ubicara tu destino.
Fiabas mucho en la
apuesta que lanzaste decidida
e, impelida por susurros
de procedencia difusa,
quisiste dar con las
claves que insinuaba tu impulso
y que , insistentes,
llamaban a que emprendieras el viaje.
Alguien llegó a confirmarte la existencia de tu meta,
pero advirtiendo el carácter
distante y dificultoso
que entrañaba aquella
senda que escogías como tuya,
ofreciéndose a
guiarte a través de aquel sendero.
Hoy continuas la marcha
sin saber cuánto te resta,
hoy ya atesoras recuerdos
de esa ruta recorrida
y no te importa cuán
lejos se encuentre aún ese culmen
pues, hace tiempo,
aprendiste a disfrutar del camino.
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