Cotidianidad paralela.
Puede dar la impresión de que la
vida en Qarpadia se rige por unos patrones completamente distintos a cualquiera
de los que ya conocemos; aunque, de pretender despachar esta cuestión de forma
tan somera eludiendo realizar una visión de conjunto, estaríamos incurriendo en
una lectura excesivamente simplista.
Saltan a la vista el
convencimiento y la naturalidad con que los qarpadios asumen su peculiar forma
de entender la sexualidad, pero…, de ahí a creer que viven inmersos en una ininterrumpida
sucesión de jornadas orgiásticas, cabe pensar que existe una notable
diferencia; principalmente (seamos coherentes) porque no habría cuerpo capaz de
asumir “tamañas exigencias”.
El hecho de que resulten ser “un tanto especiales” en algunos
sentidos no se traduce, necesariamente, en una brecha infranqueable entre su
modo de vida y los nuestros. Resultan innumerables los aspectos comunes que se
manifiestan entre el día a día que se viene desarrollando en cualquier lugar
del mundo y el que se da en Qarpadia (aunque, como es lógico, si nos ponemos a
comparar al detalle las costumbres que imperan entre diferentes regiones, siempre
aparecerán diferencias).
Obviedades a parte, sí que es
verdad que resultan evidentes un buen número de particularidades en la manera
que tienen de conducirse los qarpadios en el interior de sus fronteras. Pero es
que, por añadidura; y salvando aquellos ejemplos más notorios e impactantes a
ojos foráneos; el rutinario devenir de estas fascinantes gentes está preñado de
infinidad de pequeños detalles que los distinguen y que, a un tiempo, les
confieren una identidad difícilmente emulable. Muchas veces no se trata de “qué hacen” sino, más bien, de “cómo lo hacen” y es ahí donde yo creo
que reside el más importante de los rasgos sobre los cuales se apuntala su
sociedad.
Las labores que han de desempeñar
a nivel organizativo y logístico son las mismas que pueden darse en cualquier
otro sitio; y las incidencias y contratiempos a los que hacen frente, tampoco es
que, en esencia, difieran mucho en relación a los del resto. Pero, conforme se
va trabando un conocimiento más profundo acerca de su particular idiosincrasia,
uno se va dando cuenta de que su diferencia más acusada con respecto a otras
sociedades reside en el “además” que
subyace bajo todos esos actos que nosotros consideramos cotidianos pero a los
que ellos añaden un “plus”, una
suerte de “aderezo” de su propia
cosecha, un “ingrediente secreto” al
que (a la postre) se debe el éxito de su fórmula.
Sé que muchos de vosotros no vais
a entender esto que os cuento y que os costará horrores darle un sentido claro
a mis palabras, pero no os atormentéis por esa circunstancia. Tampoco yo hubiera sido capaz de hacerme una
idea lo suficientemente objetiva de todo cuanto os he relatando de no haber
estado entre ellos y haber tenido la ocasión de ser testigo de lo que he dejado
expuesto. Casi con toda seguridad, ese
es el motivo por el cual Qarpadia no aparece en ningún mapa… “que muy pocos son capaces de dar crédito a
su existencia”.
He aprendido muchas cosas en este tiempo (nunca suficientes) pero creo que si algo tengo realmente impregnado en mi ser son justamente esos detalles que pasan desapercibidos ante ojos neófitos pero que para nosotros son seña de quien soy, de como siento, de como amo en mi día a día, no sólo cuando estoy físicamente postrada a Tus pies, sino cuando desarrollo mis quehaceres pero siempre soy y así lo luzco orgullosa en tantos detalles que están para quien lo quiera ver.
ResponderEliminarHay mucho por descubrir en esta bella tierra, y si me lo permites seguiré adentrándome y deleitándome...
Que bonita tierra!
Besines dulces
A Tus pies
Y en tu caso..., además, no es que únicamente vayas descubriendo los "encantos" y detalles que desprende este peculiar territorio. En gran medida, también los construyes.
EliminarUn beso y un azote, mi dulce y "edificante" sierva.