Obviedades insoslayables.





Todos; en distinta medida;
transitamos por el paraje sombrío
inherente a nuestros sueños.
Todos venimos provistos
de un cariz tenebroso,
de un reverso siniestro,
que a la moral interpuesta esquiva
desoyendo lo prescrito.

Nos violenta con sus ansias
y nos induce a tomar partido,
e inclinarnos del lado
de las bajas pasiones,
invocando a la “bestia”,
atávica e impúdica,
que mora en lo más recóndito
de nuestras entrañas.

Comúnmente aletargado;
dormido y oculto a las miradas;
permanece secretamente agazapado
en espera de una ocasión propicia
para mostrarse rotundo,
devastador e implacable,
y adueñarse de la escena,
los cuerpos y los afanes.

Temerosos de ese impulso
y su aliento arrebatado,
lo ceñimos a unas normas
que parecen sepultarlo
bajo el peso de costumbres,
civilizados rituales,
que diluyan al salvaje
que pugna manifestarse.

Más antiguo que nosotros,
sabe mostrarse paciente
y, a poco que relajemos
nuestra atenta vigilancia,
no dudará en rebelarse
y reclamarnos sus fueros,
sin más lógica que el gusto
por dar placer a la carne.


Comentarios

  1. Es así nuestra esencia y por mucho que tratemos de enmascarar o negar su existencia siempre aflora por cualquier resquicio, por eso, siempre es mejor conocernos y saber que fluye en nuestro interior para dejarnos atrapar cuando asi sea nuestro deseo, haciendole creer que nos gobierna para gozar con su explendor...

    Yo ya no me niego a mi misma, sé quien soy y aunque aun me sorprende su magnitud dejo, de vez en cuando, que exprese su fuerza y me deleite.

    En otras ocasiones guarda guarida y espera el momento...

    Besines dulces
    A Tus pies

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  2. Y bendito sea! De vez en cuando hay que dejarla salir, para que nos arrastre con ella haciéndonos catar la furia del placer por placer…

    Mil Bsoss!

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