Ecos de mi ciudad invisible.
Influjo emergente,
vaporoso y cambiante.
Destello imposible
que luce en las
noches
de mentes inquietas.
Bondad encubierta
entre gozos
prohibidos
templados a fuego
metal y ambrosía.
Color gaseoso
que se esculpe en un
susurro.
Hogar de los sueños
que acoge a los
astros
de mundos distantes.
Batir de unas alas
de cuero y acero,
de seda y de esparto,
madera y diamante.
Voraz apetito
que incita al pecado.
Llamada en la puerta
que anuncia las horas
de un nuevo precepto.
Solaz compartido
de torsos desnudos
entre ondas sonoras
que inflaman el aire.
Raro no, sino magistralmente bella escritura, que describe con bellas encadenadas palabras lo que una mente privilegiada vislumbra.
ResponderEliminarOjalá fuera capaz de sacar toda esa sustancia que destilan tus versos...
Me quedaré por aqui viendo que mas me sugiere...
Besines dulces
A Tus pies