Evanescencia.





Existencias disipadas
nutridas en lo superfluo;
sin trascendencia ninguna
más allá de lo inmediato;
ilustran la enciclopedia
de los saberes baldíos
aspirando a convertirse
en ilustres referencias.

Mecenas de lo vacío,
conferenciantes del bulo,
aduladores perpetuos
de una cómoda inconstancia,
surgen a bote pronto
en un terreno abonado
por los detritos que vierte
una deidad correosa.

Aspirantes bien sobrados
de arrogancia y de soberbia
que se visten con el humo
que desdibuja su trazo
para así…, cuando se tercie,
desdecirse sin problema
disfrazando sus miserias
como virtudes de santo.

Todos ellos… marionetas;
inermes peleles de trapo;
manejados al antojo
de unos entes invisibles
que determinan las pautas
de sus cambiantes criterios
y ponen voz al embuste
que vomitan sin descanso.




Comentarios

  1. ¡Lo peor es cuando la estupidez se convierte en doctrina!

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  2. Esos entes invisibles que manejan marionetas...
    Y no creo que la marionetas tengan alma... a no ser que se produzca un milagro...
    Muy buena reflexión arropada en el poema...

    Besos.

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  3. De nuevo vuelvo a leer unas palabras que no quisiera que salieran de Tu mano, vuelvo a sentir a través de ellas lo que no anhelo que experimentes pero que sé que, por desgracia, todos nos enfrentamos a ello.

    Aun así le confieres a ellas una belleza que creo no se merecen porque todo cuanto tocas adquiere magia y, confieso que por ello siento envidia de tu musa.

    Besines dulces
    A Tus pies

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