Rincón de a bordo.
Como ya comentaba hace un par de
días, he vuelto a reintégrame a la cotidianidad qarpadia tras un breve periodo
de desconexión. Durante mi regreso (y esta es una de las múltiples ventajas que
reporta el hecho de haber sido aceptado en el seno de tan escogida sociedad) he
tenido la oportunidad de desplazarme en un medio de trasporte que; en
condiciones normales; no se suele emplear con demasiada frecuencia.
Cuando no existen urgencias que
obliguen a viajar apresuradamente, uno puede deleitarse con la experiencia de “migrar” sin más y detenerse en los
pequeños placeres que esto reporta. Si, además, se cuenta con la posibilidad de
tener a nuestra disposición un vehículo que parece haber sido diseñado a tal
efecto… que más se puede pedir.
Dicen que “la ocasión la pintan calva”, así que no seáis demasiado duros
conmigo por no haber querido desaprovechar la ocasión cuando, esta, se me ha
presentado.
Que disfrutéis todos de una feliz
y “mecida” jornada de domingo.
Tremendo lugar... Así que se pare el mundo.
ResponderEliminarBuen domingo, Caballero.
Mis saludos.
Lo que me sugiere es la desconexión de la inmediatez, la oportunidad del descanso mientras se llega a un nuevo destino, el disfrute mientras eres mecido y la compañía en un pequeño espacio donde el roce es constante.
ResponderEliminarEs realmente bello compartir una estancia así contigo, querrás tenerme cerquita, mi Señor?
Besines dulces
A Tus pies