Hábitos invernales.
El ambiente gélido al que hacía
referencia hace algunos días ha terminado por instalarse sobre la práctica
totalidad del territorio qarpadio. Un espeso manto blanco se ha asentado sobre
estas tierras y; por muy atractivo que pudiera parecer visto a través de una
ventana o impreso en una fotografía; lo cierto es que no parece que invite
demasiado a salir a la calle.
No obstante, lo qarpadios parecen
haber aprendido a lidiar con este tipio de rigores y a no dejar que el frío de
estos meses venga a condicionar; al menos no de un modo excesivamente acusado;
su acostumbrado tren de vida. Es por ello que, convenientemente pertrechados,
eso sí, para evitar en lo posible molestas gripes y resfriados, no dudan en
sacarle todo el partido que son capaces a estas glaciares jornadas.
Hay quienes se atreven hasta a
aventurarse al exterior en plena ventisca, pero lo más normal suele ser que se
aprovechen esos periodos de calma en los que el sol vierte sus rayos sobre el
níveo elemento mientras impregna el paisaje de esa luz, sólida y blanca,
sinónimo de pureza.
Algunas de las cosas que
acontecen entonces; bajo según qué tipo de enfoques; dudo mucho que recibieran
el calificativo de puras; aunque, por otro lado, hemos de reconocer que, de
hallarnos en un escenario tan por debajo del punto de congelación, todos
terminaríamos buscando algún modo de entrar en calor.
Intentaré no ser un aguafiestas y
compartir con mis anfitriones su gusto por esta serie de actividades
invernales, aunque, ya lo digo por delante, sin pasarnos con los tiempos. No
seré yo quien venga a censurar sus preferencias, pero quede claro que cada cual
tiene sus gustos.
Es el momento de aprovechar a ponerse esa indumentaria que en otras ocasiones no acompaña e ingeniarse todas las prácticas posibles para entrar en calor...
ResponderEliminarVeremos a ver que se nos ocurre...
Besines dulces
A Tus pies