Impasse.
La desenvuelta naturalidad de la
que hacía gala la pareja no hacía otra cosa que aumentar, más si cabe, mi
desconcierto. Resultaba evidente que mi perplejidad no estaba pasando
desapercibida, aunque cada uno de mis anfitriones parecía estar enfocándola de
forma un tanto distinta.
Él; impertérrito, neutro,
indiferente; como si yo fuera un elemento lejano y ajeno por completo a la
escena (lo cual distaba un buen trecho de ser cierto). Ella, por el
contrario, atenta y escrutadora, parecía estar desnudando mi pensamiento con la
mirada; por mucho que fuera su cuerpo el que no dejaba nada a la imaginación;
y, entre tanto, parecía estar dedicándome una comedida, aunque maliciosa,
sonrisa provocada, sin duda, por el hecho de estar siendo testigo de mi
azoramiento.
Así como relata hoy su entrada, me siento yo muchas veces al leerle, porque desde mi silla me da cierto morbo su particular postura en este laberinto de: sexo,exibición, confesiones,fotos,vídeos... pero ese sea quizas el estímulo de muchos de los que pasamos por su blog, saludos y a por nuevas y picaras miradas.
ResponderEliminarPuedo imaginar el placer que sentía viéndote a través de tu mirada, observando esas reacciones que pareces no mostrar pero que sabiendo ver es mucho mejor que si las dijeras porque son sólo tuyas...
ResponderEliminarLo adoro, amo cada parte de Tu cuerpo y de Tu interior...y lo sabes...
Besines dulces
A Tus pies