Princesa de otra pasta.






De esos mundos fabulosos,
que en la niñez se atesoran,
ella extraía esperanza
apuntalando sus días,
y a los monstruos cotidianos
espantaba brevemente
refugiándose en un mundo
colorido y anhelado.

Con el paso de los años,
ella y sus cuentos crecieron,
y la virtud de otro tiempo,
poco a poco, fue mutando;
trasformando el escenario
poblado de fantasía;
desdibujando unas formas
que, a la vez, se hacían más claras.

Hoy sus miedos son distintos,
si bien ya sabe enfrentarlos,
y los príncipes de antaño
no le ofrecen garantías,
ni su presunta realeza
estimula su mirada,
pues ya conoce las artes
que, entre sombras, se ejercitan.

Alejada de oropeles,
perlas, sedas o bordados,
prefiere más los atuendos
de acero y piel bien curtida,
los cordajes que, ceñidos,
dejan su marca en la carne
y el silbido que es anuncio
de unas caricias prohibidas.



Comentarios

  1. Cada vez que lo leo me recorre un escalofrío por la piel de todo mi cuerpo porque desnudas mis deseos y mis realidades como si hubieras tu escrito mi historia, pues quizás sin saberlo esperabas el momento de sacarme a la luz, de hacerme tu obra y dar sentido a esos trazos confusos que no me dibujaban.

    Hoy sé quien soy...

    Besines dulces
    A Tus pies

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