Esa otra parte de ti.
Puede parecer un
pretexto,
una forma subrepticia
de lidiar con la
rutina.
Una evasión pasajera,
ilusoria y sin
futuro,
que puebla las horas
muertas
mientras se espera un
milagro.
Así será en algún
caso;
si es que vence la
apatía
y se presentan
confusos
antojos y realidades
que reniegan con
vehemencia
y se enfrentan sin
tapujos
dando a entender lo
imposible
de un acuerdo entre
las partes.
Pero…, en tu caso es
distinto.
Tú no abrazaste una
causa
ajena a ti por
completo.
No te has sentido atraída
por los cantos de
sirena
que encubren el
merchandising.
No has claudicado al
impulso
que se desprende del
morbo
y que se esfuma al
momento
de haberlo llevado a
cabo.
Tú has sido fiel al
dictamen
que tú misma te
impusiste
y, con empeño y
fortuna,
tu propio verso
forjaste.
Y, ahora; al vestir
las prendas
que, en otros
cuerpos, adornan;
en realidad te
desnudas
defendiendo tus verdades.
Precioso! Un verdadero placer…
ResponderEliminarBsoss enormes.
La valoración de esa entrega, una belleza.
ResponderEliminarMil besitos.
Siempre me veo de una belleza no merecida en Ti, ya sea entre Tus manos o entre Tus versos, como si en realidad esa otra parte de mi... fueras Tu, porque adquiero sentido cuando estoy contigo, cuando Tu cuerpo me abraza, cuando cumplo con Tus preceptos, con aquello que anhelas y con Tu realidad.
ResponderEliminarNo soy digna de tanto, por eso debo esforzarme por permitirme sentir sin temor ninguno porque sé que sólo mi esencia es esa capaz de permanecer a Tu lado y, dejar a parte el lastre que se ciñe sobre mi piel derivada de la vida.
Mi agradecimiento y mi amor, toda yo, te pertenezco.
A Tus pies