Momentum.





Aunque no lo parezca, existe una clara diferencia entre obrar de forma alocada e imprudente y dejar que se disipe, sin más, la magia de una situación sobrevenida. Lo primero tiene que ver más con aquellas acciones que, escasamente meditadas, pueden poner en riesgo nuestra propia integridad física o la de los demás. Lo segundo (no siempre, pero sí con bastante frecuencia) obedece más a determinados condicionamientos formales que, si bien muchas veces parten de un necesidad, en ocasiones no son más que unos usos que hemos ido adquiriendo con el paso del tiempo y que, a fuerza de costumbre, aplicamos en nuestras vidas sin tan siquiera cuestionárnoslos.

Como ya sabéis, en Qarpadia no son demasiado proclives a tomar en consideración determinadas renuncias e; imbuidos en el aquí y el ahora, decididos a no despreciar por las buenas lo que un instante es capaz de ofrecer; no ponen demasiados reparos a la hora de acometer; con total naturalidad y sin ningún tipo de aprensión; lo que las circunstancias les ofrecen.

Todos somos viajeros en el tiempo, aunque, en este viaje, únicamente podemos transitar en una dirección. Lo que dejamos atrás se pierde sin remedio, por eso es tan importante deducir con prontitud y buen criterio el alcance de nuestras decisiones.



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