Mi mañana es tu hoy.

Deslizándose por el flujo de la historia,

por entre los pliegues y recovecos

que describen sus variables,

me asombro por los atajos

que tomaste en su momento

y del provecho obtenido

de tan juiciosos trayectos.

A ese avance asimilado

se deben evoluciones,

que interpreto futuristas

desde mi pobre presente,

como citas de una obra

redactada entre el delirio

de una mente enfebrecida

por señales encriptadas.

Desubicado y perdido,

descolocado, expectante,

sorprendido gratamente

por tantas alternativas

como describen tus formas,

las maneras que sugieres

y el porvenir que atesoras.

¿Qué extraños experimentos

has obrado en la penumbra?

¿Qué diseños nos ofreces

mientras vives ignorada?

¿Qué tendencias nos propones

desde tu atril silencioso?

Mañana, que hoy ya es muy tarde.

Mañana - dices -, mañana.