Ater.





Sin brillos, sin artificios.
Sereno y profundo.
Sincero.

Sustancia impasible.
Alimento de las sombras
que se proyectan sin ruido.

Color de las noches,
hogar del ensueño,
entrada a ese mundo
de estancias prohibidas.

Pigmento que tiñe,
señala y enmarca,
claramente y sin matices,
el límite de las cosas.

Divisoria definida,
frontera aunque… de otra pasta,
constante e incombustible,
que, a pie firme, se derrama.




Comentarios

  1. Es precioso este poema, mejor no decir más, solo silencio para disfrutarlo.

    Feliz día, Caballero.

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