Excesos de confianza.


Bien está el conocerse
y valorarse seguros
las propias capacidades
sin obrar con disimulos.
Mas…, conviene ser prudente
y no pasarse de listo
para después disculparse
con un simple: “me despisto”.

Aunque la escusa sea buena
no podemos olvidar
que está en mano de cualquiera
la opción de poderla emplear.
Por si esto fuera poco
conviene tener presente
que los excesos de arrojo
acaban en accidente.

Y es que…
por muchos “giros”
que queramos emplear
siempre aparece alguien
que no se deja engañar.
Llegará, pues, el castigo;
la sanción bien merecida;
contrapartida a una falta
de suficiencia crecida.




Comentarios

  1. Confieso mi Señor, aunque Tu bien lo sabes, que yo uso el "me despisto" para justificar mis faltas, mas quiso la fortuna que a Tus pies me postrase para que seas Tu mi juez y castigases mi fallos.

    Doy gracias cada dia por las lecciones aprendidas, por tanto como resta y aunque la vergüenza me persiga por deber dar la cara ante mis muchos descuidos...

    Soy feliz de que Tu, mi Señor, seas mi Dueño y me instruyas con rectitud y justicia...

    Siento ser tan traviesa y hacerte mi doma tan dificil...

    Gracias, mi señor por estar...

    A Tus pies

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    Respuestas
    1. Resulta tremendamente curioso como se va creando esa conexión ligada a nuestro vínculo. Aunque se trate de circunstancia buscada y, hasta cierto punto, predecible, no por ello deja de sorprenderme y llenarme de orgullo.

      No puede decirse que una falta sea algo de lo que uno pueda vanagloriarse, pero..., el modo en que se afronta cuando se comete, dice mucho de las personas.

      No resultan necesarias las palabras, ya no influyen las distancias; el sentimiento vuela inmediato y alcanza sin demora a quien ostenta la propiedad del mismo.

      Un beso y un azote, mi dulce sierva.

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