Reciprocidad.
En la lectura
interior que se efectúa en esos momentos callados,
delimitando el
perímetro de una conciencia concreta,
puede existir la
figura de un oportuno reflejo
propiciado por
espejos cuyo cristal es mirada.
Desde afuera restituyen
las virtudes y defectos
que no vemos, muchas
veces, al consentir autoengaños;
por humildad en un
caso o prepotencia en el otro;
y son la luz de ese
astro que se guarda en uno mismo.
Cuando del otro nos
llega eso mismo que emanamos,
al confluir
justamente la emisión y su retorno,
discernimos nuestro
rostro con un aura diferente
que enriquece en
consonancia al volumen proyectado.
Leo este texto y una vez tras otro dibujo diferentes escenas, pero me quedo hoy con el reflejo que mi propio ser recibe a través de Tu mirada, como me veo en Ti, como me muestras quien soy, que sientes, y como mi mayor tesoro es ese orgullo que en ocasiones vislumbro en Tus ojos, que hago mío, convirtiéndolo en el mio propio y, a la vez, en un reto.
ResponderEliminarPrecioso texto de maravillosos sentimientos.
Besines dulces
A Tus pies