Sin enseñar demasiado.
Muchos de vosotros ya habréis
notado que…, durante las últimas semanas, he permanecido un tanto alejado de
estos lugares. Lo cierto es que he querido aprovechar buena parte del estío
para retornar de forma momentánea a la tierra que me vio nacer y compartir algo
de tiempo con los míos sin estar pendiente del reloj o, por así decirlo, de
compromisos de índole más profesional.
Reencontrarme con aquellos que
son depositarios de mi más grande estima, y que cuentan con un lugar de privilegio
en mi corazón, ha supuesto para mí toda una inyección de energía tras haber
pasado más de un año alejado de ellos. Pero…, al margen de esta circunstancia,
he de reconocer que no han faltado momentos en los que me he sentido incómodo;
y hasta diría que asqueado; al ser nuevamente consciente de determinadas “pautas sociales” de las que ya había
comenzado a olvidarme.
Desde mi llegada a Qarpadia,
siempre he tenido muy claro que…, de protagonizar una estancia prolongada en el
interior de sus fronteras, terminaría viendo afectada mi visión de las cosas;
pero lo que jamás llegué a imaginarme es que esto fuera a sucederme de una
forma tan veloz y profunda. Observo muchos de los hábitos que…, no hace tanto, asumía
como normales y, actualmente, se me antojan absurdos. Mucho de lo que antaño toleraba,
de mejor o peor grado, hoy me resulta totalmente inaceptable.
Es ahora cuando comprendo los
ingentes esfuerzos que los qarpadios aplican a desvincularse de muchos de esos condicionamientos
“de cara a la galería” que imperan en
buena parte del orbe y; así mismo (haciendo buena la frase que se atribuye al
poeta romano Ovidio en la que dice: “Vive mejor aquel que aprende a vivir en la
sombra”); la firme convicción que les lleva a mantener su propia
existencia rodeada por un ambiguo halo de misterio.
Todo esto lo voy pensando
mientras recorro el camino de vuelta a mi patria de adopción; con la cual me
voy sintiendo más identificado a cada día que pasa; firmemente convencido de la
validez de esa filosofía que se promueve en su seno y que consiste en observar
los acontecimientos ajenos desde una cierta distancia, extrayendo de ellos las
enseñanzas pertinentes pero sin dejar que nos condicionen más allá de lo
estrictamente necesario.
Nada mejor como mantenerse lejos para ver mejor... Eso no lo dude usted.
ResponderEliminarY ya se sabe, mejor insinuar que mostrar...
Mis saludos. Buen día.
Quizás ahora comprendas, mi Señor, porque no deseo alejarme de Ti ni un segundo, porque no quiero ni imaginarme un instante lejos de Tu amparo, pues es ahi donde consigo ver la belleza mas allá de los cuerpos, donde Tu mirada ilumina todo lo que baña e incluso yo misma soy aquella mujer que ansía entregarse.
ResponderEliminarPorque Tu, mi Señor, haces posible que vuelva a crear y me aleje del hastío que otros me muestran, y ahi es donde mi esencia toma forma y se reconoce, y aunque viva en este mundo lleno de incertezas, de falsas promesas y ambiguas intenciones puedo acudir de nuevo a Tus manos y verme desnuda de temores.
Locura o sueño, pero quiero vivirlo.
Besines dulces
A Tus pies