Retozona.
Sin claudicar ni un
instante
frente al falso
virtuosismo
que emana, sin cortapisas,
de clichés
presuntuosos
y corrección
impostada,
te dejas ir libremente
desde hedonistas prisiones,
afianzada a las
cadenas
de una autoimpuesta
lascivia
y obstinada en eximirte
de guardar las
apariencias.
Te rindes ante ese
impulso
que no entiende de
razones,
ni de formas, ni
momentos,
lugares o
circunstancias,
y…; abandonando,
segura,
el criterio
establecido,
todo aquel juicio
imperante
y tanta moda pasajera;
manifiestas, genuino,
ese empeño que
doblega
el absurdo de unas
pautas
que chocan con la
certeza.
Comentarios
Publicar un comentario