Exigencia.


De cariz incomprensible
si se rehúye el empeño
mediante vagos pretextos
de enrevesados matices.

Incompatible al pasivo,
pues ni le va ni le viene
y rara vez le conviene
dar cuenta de su valía.

Inútil al arribista
que acapara beneficios
sin adquirir compromisos
que avalen sus pretensiones.

Indiferente al voluble
que lo quiere todo a un tiempo
y a la menor contingencia
deja su afán sin efecto.

Para estas gentes sin chicha;
y a otras muchas que se añaden;
la exigencia solo es justa
cuando se aplica a “los otros”.

Pero se pierden el gozo
de la promesa cumplida
despreciando recompensas
que no existen de otro modo.

Comentarios

  1. Cierto que se hace cuesta arriba cuando debe estar presente, pero cuando gracias a ella compruebas los beneficios sientes un gran gozo por haberte enfrentado a ella, por disfrutar sus frutos y así, poco a poco, aprender a confiar en su maestría...

    Quiero ser exigente conmigo pues conozco cuanto lo eres Tu y quiero, sin duda, llegar a Ti...

    Precioso mi Señor!
    Besines dulces

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