Toda una vida en los ojos.
Conforme pasan los años, resulta inevitable
ver como nuestros cuerpos van perdiendo la frescura de la que podían presumir
en el pasado y…, a decir verdad, no son pocos los que van dejando que el
recuerdo de esa añorada lozanía pese de tal forma en su ánimo que terminan
viéndose arrastrados a un pozo de amarga melancolía.
Pero…, también los hay que; a
pesar de huellas que el paso del tiempo ha ido dibujando en su piel; han sabido
conservar la luz de su mirada. A esos ojos, que como ventanas se abren al
mundo, es posible asomarse para comprobar cuán profundo es su fondo y ver lo
ingentes que resultan las vivencias que atesoran.
Uno piensa al contemplarlos que, mientras
conserven ese porte, continuarán siendo los depositarios de la belleza más pura.
Nuestro cuerpo es la seña del tiempo vivido, de las experiencias acumuladas, del dolor y la alegría, es un cuaderno de viaje que se expone al mundo y debemos sentirnos orgullosos de cada marca que en él se muestre.
ResponderEliminarSintamos el tiempo, disfrutemos el que tenemos...
Besines dulces
A Tus pies