Alargando ese instante.

 


Robando el suspiro que surge,

estiro la humedad de tu boca

y tus labios entregados.


Latientes sabores me inspiran

a ahondar en impulsos primigenios

que lleven al culmen de los sentidos.


Pero..., aguardo, me recreo

en los  sutiles matices

de ese aliento que se escapa.


Aspiro profundamente

los aromas que desprende

esa piel , todavía, indemne.


Me detengo levitante

sobre el efímero presente

de un tiempo ralentizado.

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