Antesala.
Llega la hora, llega
el momento;
desnuda de piel, no de
sentimiento,
atisbas la clave que
aportan las luces
huidizas al peso de
los argumentos.
Sumida en el halo,
atenta a la guía,
escuchas las voces
brotar de tu cuerpo,
el pulso salvaje que
resta valía,
deseo sumiso que muda
en acierto.
Fijada a un destino
que pocos comprenden,
entonas el canto por
el que me aclamas.
Asumes tu pose y
esperas paciente;
espíritu libre,
aliento que acata.
Tus poros exudan
fragancias prohibidas,
tus venas transportan
al hielo y la llama,
tu sexo anhelante y
perlado suplica
verse sometido sin
prisas…, con pausa.
Buen poema ... y el final apropiado
ResponderEliminar.. sin prisas..., con pausa.
Saludos
Me alegro de que haya resultado de su agrado, Monsieur Valmont.
EliminarSea usted cordialmente bienvenido a las angostas callejuelas de esta intricada ciudad.
Un saludo.
A las puertas ya de cumplir mi anhelo de estar junto a Ti, las emociones me embargan, la ilusión me impulsa con ánimo y gritaría convencida que todo cuanto desees lo tendrás, pero se bien que aunque mi convicción es firme y mi deseo es grande, mi entrega es aún pobre...
ResponderEliminarEsa pobreza mi Señor será suplida con dedicación, con empeño y ganas de aprender de cada momento que juntos vivamos...esa es la mejor manera de demostrarte mi deseo de servirte, aunque lenta y torpe, dando frutos a Tus enseñanzas...
Solo viendo en Ti el orgullo, sabiendo que acompañas mis caídas y guías mi aprendizaje, veré el reflejo de mi esclavitud, pudiendo así perderme en la inmensidad del placer que servirte me reporta...
Como siempre, mi Señor, nadie mejor que Tu para describir con exactitud el momento que está por llegar, en el cual espero y confío que sea tal y como deseas, pues esa es mi única intención.
Gracias mi Señor por este precioso regalo que impulsa mis anhelos, centra mi ser y me ubica justo donde necesito permanecer.
A Tus pies...
Poca necesidad existe ya de describirlo, pues de muy variadas formas ha sido registrado. Comprensión del recuerdo es ahora la oportunidad de un futuro.
EliminarUn beso y un azote.
Felicidades.
ResponderEliminarCreo que había que escuchar las pabras de ambos para completar esta hermosa historia.
Saludos
Ufff, esclavo efe, mis palabras resultan demasiado pobres incluso para describir las realidades cotidianas.
EliminarDe todas formas..., te lo agradezco.
Un cordial saludo.
Solo puedo decir...GRACIAS...
ResponderEliminarBien sabes cuanto deseo y necesito pertenecerte, cuanto bien me reportas y por ello dispuesta estoy a servirte como deseas y mereces.
Tras estos días no puedo menos que volver a Tu ciudad, para definirme como cobarde y mísera en entrega, y para reconocerme tremendamente afortunada al poder continuar a Tus pies, a pesar de perderte por mi falta de confianza.
Eso fue un ayer, duro y desgarrador, pero abrió la puerta para un hoy que dará sus frutos en un mañana, y Tu seras quien recoja todos los frutos, porque Tuyo es el sacrificio al aceptarme de nuevo como Tu esclava.
Jamás he sentido tal gozo en la entrega, al someterme por fin sin condiciones, limpia y pura al haberme volcado a Ti, sin nada oculto, sin nada prohibido.
Te lo entrego, si mi Señor...convencida de mi sumisión y mi deseo.
A Tus pies...te lo entrego...
Retén pues ese momento y emplealo para que te ayude en tu lucha, mi dulce sierva.
EliminarNo hay fallo en el error cuando este se usa para derribar la ignorancia o derrotar a los miedos.
Un beso y un azote.