Ferres.
En el capítulo de hoy sobre
ilustradores le ha tocado el turno a Ferres. ¿Qué decir sobre este conocido y
polémico artista gráfico?
Lo cierto es que, acerca de su
vida privada, muy poco. Con gran celo, mantiene su identidad y orígenes en el
más absoluto secreto y tan solo nos ofrece alguna que otra pista, aunque,
estas, resulten más bien vagas y confusas. Según él mismo comenta en su sitio
oficial, nació en 1968 en algún territorio insular indeterminado, se define
como católico no practicante y… hasta ahí llega toda la información que ofrece
sobre si mismo. He intentado dar con algún dato más que pudiera arrojar algo de
luz sobre sus antecedentes personales pero; al menos por el momento; me ha
resultado una tarea imposible. Lanzo desde aquí un llamamiento a todos los que
puedan aportar algo sobre esta cuestión para así dar una imagen más amplia y
definida sobre este autor. Dicho esto, paso ahora a ocuparme de su faceta
artística, apoyándome, sobre todo, en lo que se desprende de sus propias
palabras.
Ferres cuenta en su página que
siempre le ha gustado dibujar y que, desde muy joven, se vio atraído por el
lado más salvaje y trasgresor del arte erótico. Menciona tres películas que le
marcaron mucho en este sentido: Ilsa, La loba de las SS (Don
Edmonds, 1975), Calígula (Tinto Brass, 1979) y Heavy Metal (Gerald
Potterton, 1981) siendo, este último, un
claro ejemplo de los intentos de aquella época a la hora de establecer un
género de animación enfocado, exclusivamente, para adultos. De su estética, sin
duda, Ferres tomó buena nota en su día y, en la actualidad, es un hecho que no
pasa desapercibido.


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Pero sus influencias no se vieron
limitadas al terreno cinematográfico. El auge de los comics que se vivió entre
las décadas de los 70 y los 80 del siglo pasado supuso todo un revulsivo (en la
estética, la temática y las técnicas empleadas) para este tipo de
publicaciones. Muchas editoriales surgieron al calor de las innovadoras ideas
que se desprendían del trabajo de autores de nuevo cuño y, aquellos años,
supusieron todo un boom creativo en el mundillo de las viñetas.
Sus inquietudes a ese respecto,
en un principio, se decantaban más por el género de la ciencia-ficción y bebían
de los universos creados por artistas como Boris Vallejo o Chris Achilleos; sin
olvidarse del que ha sido considerado como el mayor referente de la estética “underground”, Richard Corben.
Fue mientras cursaba sus estudios
universitarios cuando Ferres tuvo la oportunidad de tomar contacto con la
técnica de la aerografía, de la que, a posteriori, sería capaz de sacar
bastante provecho. El mismo, se define como un dibujante tradicional que, poco
a poco, se ha ido familiarizando con las nuevas técnicas que han ido surgiendo.
De hecho, cuando en 1997 decidió probar
suerte con “Naked Earth” (su primera incursión en el comic para adultos)
comenzó a darle forma tan solo con el lápiz y la ayuda ocasional de la
acuarela. No sabía por aquel entonces si sería capaz dar difusión a aquella
idea que bullía en su mente, ni tan siquiera si le sería posible darle término,
pero, poco a poco; a pesar de las estrecheces económicas a las que, según el
mismo, tenía que hacer frente; pudo ir haciéndose con un soporte informático
adecuado mientras adquiría las nociones necesarias para utilizarlo.
Las entregas iniciales de “Naked
Earth” le proporcionaron un pequeño desahogo monetario aunque no el
suficiente como para poder despegar del todo. Mientras permanecía centrado en
este proyecto, se asoció con otras personas aunque, ciertamente, sin mucho
éxito, por lo que decidió seguir trabajando por su cuenta aunque sus progresos
fueran más lentos.
En 2001, completados ya los dos
primeros libros de la saga “Naked Earth”, comenzó a desarrollar
el tercero de la serie; “Naked Earth - Shadowside”, que iba a
suponer un punto e inflexión en su carrera. Se decantó definitivamente por una
línea argumental claramente bdsm, además de llevar a la práctica muchas de las
técnicas con las que había estado experimentando. Nacía el estilo Ferres por el
que, a día de hoy, se le conoce.
Finalmente, “Naked Earth” quedó aparcada (no se sabe aún si de forma temporal o permanente) y Ferres se dedicó a otros proyectos, en su mayoría, con una ambientación más medieval (Masque, The Steel Trap Maiden, A Pasaje East, Death in the Haren o Jinni son buenos ejemplos de ello) retomando, aunque fuera brevemente, el género futurista con “Tempest”. Su último trabajo, hasta la fecha, lleva por título “Red Riding Hood” y el argumento que nos propone está basado en el conocido cuento de Caperucita roja, aunque la época que ha elegido para ubicarlo no sea exactamente la que suele darse por sentada.
Respecto al modo en que ilustra
sus historias, decir que, desde hace ya algunos años, Ferres se ha volcado de
lleno en las nuevas tecnologías y únicamente recurre al lápiz para dar forma a
sus esbozos iniciales. El resto del proceso lo desarrolla a través del PC. Su
forma de trabajo, según el mismo describe, es lenta, metódica y detallista,
tendiendo, incluso, al perfeccionismo; sobre todo a la hora de trabajar los
volúmenes mediante el color. Pese a ello, no deja de haber quienes lo critican
por un exceso de artificialidad y por no saber dotar de expresión al rostro de
sus personajes. No son estos, no obstante, los motivos a los cuales se recurre
para vilipendiar a Ferres con mayor frecuencia.
Incluso en páginas dedicadas
exclusivamente a la difusión de material para adultos, muchas de sus
ilustraciones han sido censuradas y es que, en ocasiones, su estilo cruento,
descarnado y atroz no hace concesión alguna. En su obra, no teme reflejar
imágenes extremadamente violentas y sanguinarias, y eso, a veces, le pasa
factura. De todas formas, él cuenta con su público y, este, ya sabe qué es lo que puede encontrarse.
Como no quiero ser yo el que
agite ningún tipo de polémica, podéis acudir a su página oficial o a algunos de los diversos portales de cómics eróticos que existen en la red; allí hallareis, no
solo los últimos trabajos de Ferres, si no, también, los de muchos otros
artista.
Como siempre, quedo a vuestra
disposición para que ampliéis o corrijáis cualquiera de los datos que aquí he
dejado expuestos.
Ya me contareis.
Un saludo a todos.
No estoy nada puesto en el mundo de los cómics.
ResponderEliminarMenos aún de los de Bdsm.
Desde luego, desde mi humilde opinión, las imágenes son muy sugerentes, aunque la del martillo, me ha dejado de piedra.
Ferrer, dibuja a mujeres, desde un prisma perfecto, me parecen unas mujeres en un estado de sumisión total y de una belleza exquisita.
1 abrazo.
PD: Caligula marca a cualquiera...
Me alegro de que te haya resultado ilustrativo pues esa era, precisamente, mi intención.
ResponderEliminarMuy cierta tu apreciación sobre Calígula. Seguro que hoy en día nadie estaría dispuesto a rodarla (al menos de esa forma).
Un saludo cordial.