Rincones ambulantes.
¿Qué es primero? ¿Un enclave
idílico o una buena compañía? No. no pretendo abrir un debate en relación a
esta disyuntiva, aunque…, eso sí, me gustaría manifestar que, de presentarse
este conflicto, yo soy de decantarme siempre por la segunda opción; y no porque
no existan infinidad de entornos capaces de generarnos una honda impresión,
pero ningún lugar (al menos que yo sepa) cuenta con la capacidad de dotar a las
persona con aquellas bondades de las que carecen. En cambio, el efecto
contrario ya no se me antoja tan utópico.
Tal vez ese sea uno de los
motivos por los que tantos individuos confían la elección de los enclaves donde
se manifiestan sus experiencias a su buena ventura, sin establecer de antemano
un rumbo concreto, dejando que sean sus propios pasos los que determinen
finalmente el cariz de su destino.
En mi caso; si bien no me considero
una persona excesivamente cuadriculada, no sé si sería capaz de confiar tan
ciegamente en el buen tino que hubiera de manifestar el azar; aunque sí que
entiendo que…, cuando nuestro viaje se realiza en afable compañía, el nivel de incertidumbre
tiende a verse reducido a la mínima expresión.
Que disfrutéis todos de una muy feliz,
y “expansiva”, jornada de domingo, así como de una
entrañable Nochebuena.
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