Distorsiones.
A veces, da la impresión que la
raza humana haya sido condenada, por toda la eternidad, a mantener una relación de amor-odio con toda aquella
tecnología que ella misma es capaz de generar. Los beneficios que nos reporta
son, a todas luces, incuestionables, pero también es cierto que -como ya se nos
insinúa en el mito de Prometeo- tampoco está exenta de ciertos riesgos (de
hecho, son muchas las voces que aseveran que aún está por ver si no terminará
por abocarnos a nuestra propia autodestrucción como especie). No obstante, no
debemos incurrir en el error de culpar a la tecnología de todos nuestros males,
pues, en resumidas cuentas, no es más que el compendio de herramientas que
tenemos a nuestra disposición, y es el uso que hacemos de ellas (de forma
individual o colectiva) lo que determina los resultados y consecuencias que se
derivan de su empleo.
Creo haber tocado este tema con
anterioridad, pero, desde que me instalado en Qarpadia, he tenido la
oportunidad de añadir nuevos elementos de juicio a esta cuestión. Aquí, donde desde
antaño se ha ido un paso por delante en lo que se refiere al desarrollo y aplicación
de nuevas tecnologías, se ha puesto siempre un énfasis especial en no generar unas
dinámicas de excesiva dependencia en relación a las mismas. He tenido la
oportunidad de ser testigo de la intrincada simbiosis que manifiestan los
qarpadios entre tradición y modernidad, y de cómo compaginan las utilidades que
ambas reportan, sin llegar a obsesionarse con ninguna de ellas.
Si ponemos el foco sobre todos
aquellos avances ligados al área de las telecomunicaciones, sucede exactamente
lo mismo. No se manifiesta por estas latitudes el mismo grado de influencia que
tiene en otros lugares sobre las relaciones sociales y/o personales. ¿Se
emplean? Sí, por supuesto, pero no por ello sustraen tiempo a otros modos de
interacción más directos y, desde luego,
de ningún modo son empleados como tribuna para quienes se enrocan en un
discurso repetitivo cuya única aspiración es la de perpetuar un debate
insustancial.
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