Rincón binario.

 


Día y noche. Blanco y negro. Luces y sombras. Términos opuestos que vienen a definir concepciones aparentemente irreconciliables. Pero... ¿lo son en realidad?

Aplicar a nuestra visión esa suerte de dinámica maniquea más bien simplista, tratar de imprimir ese sesgo excluyente a todas las cosas, lo único que consigue es venir a desdibujar las ricas y complejas realidades que se nos pudieran presentan.

Los extremos, combinados, ofrecen una amplísima variedad de claroscuros que dan lugar a todo un elenco de posibles soluciones. Sin lugar a dudas, no todos los resultados serán de nuestro agrado (la estadística tampoco iba a dejar de imponer sus tiránicos influjos). Pero..., igual que sucede con las infinitas variables a las que puede dar lugar la mera sucesión de unos y ceros, la adecuada mixtura de dos únicos elementos puede dar lugar a todo tipo de conciertos.

Que disfrutéis todos de una muy feliz, y "conjuntada", jornada de domingo.

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