La renuncia.
Purgados recelos,
pesares y culpas;
sin sombras que
acechen tras las voluntades;
se alcanza la meta que
el sueño ofrecía
y el tiempo concede merced
a verdades.
Atrás han quedado las
salas vacías
de aquellas preguntas mudas
de respuesta,
pues todo se abre a un
nuevo horizonte
que expande su fondo
por dentro y por fuera.
Extraño es el tono que
impregna un paisaje,
que aturde al profano
con contradicciones,
y que al iniciado se
antoja sencillo
al ver con los ojos de
las emociones.
Se pierde el pecado
del cruel egoísmo,
renuncia a unas tretas
usadas por otros.
Se cede el aliento
como compromiso,
se adquiere el talento
que inspira los logros.
Se entremezclan Tus palabras entre mi realidad y mi anhelo, reconociéndolas a la vez que viéndolas lejanas, una meta a la que llegar, un deseo de saberme libre de todo lastre que me permita la renuncia de mi misma a Tu favor.
ResponderEliminarMe apena reconocerme pobre en abandono, pero sé que todo cuanto deseo se consigue con tiempo y esmero, y ojalá llegue el día en que me des la bienvenida porque hayamos sido capaces de acogernos a mi renuncia.
Confío en Tu guía que sé que es mi medio para llegar...pero... quizás me equivoque, es algo que nunca sé ver....muy lejos queda aún tal fortuna ¿verdad mi Señor?
Aunque...todo llegará...(late mi corazón de deseo)...
A Tus pies
No te atormentes, dulce sierva, por aquello de lo que aún careces. Disfruta y potencia, en cambio, aquello con lo que sí cuentas, pues de ahí parte el camino que te llevará a cubrir la siguiente etapa.
EliminarPaso a paso, sin agobios. Ya sabes cuál es la pauta.
Un beso y un azote.