Convencionalismos. (II)
Otro de los puntos que me
gustaría poner de relieve con respecto a los mitos de la D /s es la extendida creencia de
que cuando un individuo abraza la sumisión es como si aceptara, de un modo
implícito, el hecho de convertirse en una especie de bien común a disposición
del resto de dominantes.
Aunque no niego que, para algunas
personas, esto pueda resultar la principal motivación de cara a adentrarse en
el universo bdsm, a poco que se piense, comenzarán a aparecer las dudas sobre
lo oportuno o desacertado de este razonamiento. No voy a decir que la entrega
tenga que ser siempre considerada como algo personal e intransferible, pero,
los casos en los que no sea así, siempre estarán abocados a tener una duración
limitada. Me explico:
La dominación, por definición,
lleva aparejada un inequívoco componente de liderazgo y, por ende, este no será
entendido del mismo modo por todos los dominantes. Cada cual tiene sus propias
particularidades y señas de identidad que, partiendo de una base común, nos
otorga ese rasgo diferenciador que es el que; las más de las veces; termina
decantando a una persona a ponerse, o no, a nuestro servicio.
En buena lógica, lo que para un
dominante pueda parecer la cosa más natural del mundo, para otro puede
constituir un ataque frontal a sus principios y, por lo tanto, no resulta
posible estar prestando servicio a un mismo tiempo a dos formas de entender el
dominio que sean diametralmente opuestas.
Es, principalmente, por ese
motivo que considero que todos los dominantes debemos mostrarnos extremadamente
cautos en el momento de realizar según qué requerimientos a quienes, viviendo
la sumisión desde el convencimiento, no se deben a nosotros; no ya porque su
perspectiva sea distinta, si no porque, simplemente, puede que no les este
permitido. Y es que…, si para reafirmar nuestra autoridad lo hacemos a costa de
socavar la de otros, es más que posible que, más pronto que tarde, se nos gire
la tortilla y nos veamos afectados por las consecuencias de nuestra propia
falta de tacto.
Bien es cierto que nuestra
condición puede, y debe, hacernos acreedores de respeto, y así debemos
exigirlo, pero este no debe exceder nunca al que se le supone a cualquier otra
persona, independientemente de su condición o del rol que ostente.
Respetemos la diversidad en los
demás y tendremos argumentos con los que poder defender la nuestra.
Un saludo.
Como siempre creo que la base es el respeto a la propia persona y a la posición que ocupe, porque cuando se presupone que una persona por ser sumisa debe servir a todos, se le falta terriblemente el respeto a ella y en el caso de que tenga Dueño, a este también, y convencida estoy de que si fuera su pertenencia lo verían muy distinto....de ser tuyo a mío...va un ratin....
ResponderEliminarVeo imposible servir a dos. Otra cosa es una cesion puntual bajo el deseo, aprovacion y supervisión del Amo, pero....de todos modos no creo que esté exento de ser algo complicado y arriesgado...
Se que es un tema complicadito que como siempre dependerá del propio entendimiento, por eso es imprescindible el respeto a las diferentes opciones. Solo hay que pararse un momentin y ver...
Bien sabes como pienso y siento....soy Tuya a nadie más sirvo, por convicción y deseo.
A Tus pies mi Señor
Bien lo sé, eso es muy cierto, y conozco sobradamente tus opiniones al respecto, mi dulce dana, al igual que tú conoces las mías.
EliminarHay tantas variables posibles, tantos caminos a seguir, que cada cual puede inclinarse por aquel que más le reporte. Eso sí, sin dar nada por sentado. Creo que esa es la clave.
Un beso y un azote.