Rincón celosía.

En esta época del año, la luz tiende a adquirir un aura especial que le confiere algo que podría  calificarse como solidez. A un mismo tiempo, esta particularidad parece invitarnos a sacar partido de la situación mientras nos desafía a esculpir esos mismos haces luminosos y así aprovecharlos como si se tratara de un elemento decorativo más.

La naturaleza cambiante, que deriva de su itinerante orientación, viene a proponer escenarios de lo más variopintos sin necesidad de realizar ningún tipo de modificación material. No es de extrañar, pues, el mágico efecto que tiende a producir en aquellos espacios que se atreven a participar activamente del abrazo del astro rey, dotándolo de formas y colores que, de otro modo, quedarían desaprovechados.

Que disfrutéis todos de una feliz, y “radiante”, jornada de domingo.