La corriente palpable.

 


Centrada en aquel presente,

en la conocida fortuna

que amarraba su destino,

degustaba los efectos

de saberse comprendida.


Dejaba que todo fluyera,

sin pretensiones vacías

ni extorsiones a su afecto,

por la senda construida

de forma casi inconsciente.


Infectada de alegría,

convencida de su acierto,

se impregnaba de energías,

poderosas e infrecuentes,

transmutándose en obsequio.

Comentarios

  1. Lo mejor es fluir y construir poco a poco esa senda.
    ¡Me encantó el poema!
    Un besazo

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    Respuestas
    1. Gracias Dafne y sí, fluir. De un modo u otro, fluir.
      Recibe un afectuoso, si bien tardío, saludo.

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