Cargos de conciencia.

 


En autoimpuestas soledades,

urge enmendar los descuidos

que, de manera inconsciente,

enturbian lo conseguido.


Ver tus logros empañados

por distracciones triviales

puede ser un trago amargo

de digestión complicada.


Pero también puede verse

como ocasión oportuna

de corrección, de progreso

y de mejora continua.


El fallo nunca degrada

si hay propósito de enmienda

y se usa, con buen tino,

para impedir reincidencias.


Comentarios

  1. Un poema precioso, todo fallo nos lleva muchas veces a un aprendizaje...
    y a un crecimiento, más cuando hay una mano que guía.

    Bonito día

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En lugar de hundirse o enojarse... mejor tratar de convertirlo en una nueva oportunidad ¿No crees?

      Muy feliz jornada Cora.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares